El suelo de una de las salas en las que se exponen vehículos se hundió de madrugada, creando un agujero de unos 12 metros de ancho y entre 8 y 10 metros de profundidad, tragándose por el camino ocho vehículos, algunos de ellos de gran valor. De hecho, dos de los Corvette estaban cedidos al museo y pertenecían a General Motors