Mi Mesa Cojea: Conocí a Javier Krahe en plena primavera sevillana... Ahora, treinta y dos años después de aquella entrevista, un juez, empujado por la Coalición de Amiguitos de Jesús, le pide 192.000 euros por ofensas a los sentimientos religiosos
Este jueves, el líder de Podemos se subió al escenario de un local madrileño con el autor de la canción, Javier Krahe, en la que modificaron la canción e incluyeron referencias a Alemania y a Merkel.
Javier Krahe fue, eminentemente, ese hombre que conquistó un valor por el que el resto nos pasamos la vida luchando: el de hacer siempre lo que le dio la gana. Era ese imaginario suyo del anarquista, el savoir faire del intelecto salvaje, la tarita del inadaptado. Fue siempre un viejo interior lucidísimo, doloroso de tan sardónico, que contemplaba el chiringuito desde fuera, apoyado en la barra del mundo. Con una especie de ojo cósmico. Rítmico. Pagano. Agudo. Libre.
Pancho Varona: "Mi amigo José Félix me envía esta foto de lo que fue La Mandrágora en su estado actual. Ese escalón era el escenario. Es un almacén ahora y no hay ni una sola mención a esa maravilla que fue. Una pena. Sabina, Krahe y Alberto Pérez. Ojalá pudiera hacer algo al respecto..."
Un poco harto de que me gruñan en extranjero / Y algo embriagado de patriotismo malasañero / Yo, cada dos de Mayo / Como además de ser la de siempre es medio francesa / Yo, cada dos de Mayo / A mi mujer le hago la guerra / La apeo del caballo: Largo de aquí, vete a tu tierra / Chúpate esa / Medio francesa