Caballero, puede que la naturaleza le haya dotado de una voz aguda, unos hombres estrechos y unas caderas demasiado anchas. Tal vez, Vd. tenga una inusitada afición a los trabajos de la casa o, peor aún, sea vanidoso y su caminar sea suave y blando. Por suerte, todas estas cualidades tan poco varoniles pueden curarse mediante un tratamiento adecuado, según el doctor Alfonsus Adrianus Vander Put Vermuelen, a la sazón autor del clásico ‘Enfermedades y transtornos de la vida conyugal’, publicado en Barcelona en 1961.
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Pero yo no tengo por qué integrar las costumbres de los demás en las mías, ni al revés.
Parto de la base de esto, para decir que hombres y mujeres tenemos una manera diferente de comportarnos y de hacer las cosas. Aunque nos parezcamos en cosas, yo creo que es bella la diferencia. Y sana también. De la misma manera que no acepto que haya clones de mi misma, creo que es bueno poder profundizar en qué manera soy diferente a otro sexo u otros animales.Esta es mi apreciación personal.
En cuanto a la biológica, me parece positivo encontrar diferencias, puesto que hombres y mujeres tenemos nuestro propio código para preservar la variabilidad genética y le diversidad que tanto enriquecen a mi especie.
UN gusto es también encontrarte, no me gusta buscar tres pies al gato sino saber convivir con la realidad como tú.