El comité de garantías y disciplina de UPN ha propuesto este miércoles suspender de militancia durante dos años y seis meses a los diputados Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que el pasado jueves contraviniendo la directriz de su partido, votaron en contra de la reforma laboral tras haber mentido y asegurado que acatarían la disciplina de voto. Los dos diputados tienen cinco días para presentar alegaciones.
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Hay que tener en cuenta que en las últimas primarias de UPN Sayas era el otro candidato a la presidencia del partido y sacó el 41% de los votos, eso implica que tiene bastantes seguidores dentro, por lo que expulsarlo directamente sería contraproducente y podría causar un éxodo de afiliados hacia el PP de navarra. Lo mismo se aplica a García Adanero, el cual tiene bastante poder dentro del partido y por tanto muchos partidarios.
UPN en estos momentos me da que está intentando preservar su militancia, intentando contentar al máximo numero de militantes, tanto los que quieren que esos dos paguen por lo que han hecho como a los que creen que lo que se hizo estaba justificado. Por ello proponen un castigo ligero que tiene mucho de simbólico pero que no es tan radical como para causar un cisma interno. Ambas faciones salen medianamente contentas, unos por castigar a los "transfugas" y los otros por no significar la expulsión total del partido.
Estratégicamente es la mejor manera de salvar los muebles para UPN, los suspendes de militancia por lo que no pueden irse directamente a otro partido, no sin renunciar ellos, no das los escaños a Ciudadanos y el PP, no enfadas en exceso a los partidarios de Sayas y García Adanero y con eso esperan no tener un éxodo de miembros, al menos no uno tan acusado como tendrían si les expulsasen directamente.
Con esto ponen a Sayas y a García Adanero en un aprieto, no pueden irse a otro partido sin renunciar a ser parte de UPN, que sería visto por parte de muchos de sus seguidores como una traición al partido, ahora son ellos dos los que tendrían que dar el salto, renunciar a ser militantes de UPN y unirse a otro partido. Si los expulsasen les dejan en bandeja el pasarse a otro partido, suspendiendo su militancia ahora son ellos los que deben dar el paso. El castigo es muy ligero (ya que en la práctica les permitiría presentarse por UPN en las siguientes elecciones), pero es suficientemente fuerte para contentar a aquellos que querían que hubiese consecuencias para los tránsfugas.
La idea es evitar un descalabro interno y un éxodo en masa de la gente del partido.
Si Sayas y García Adanero se van al PP la coalición se romperá de forma inmediata, si no y se mantienen como libres(aunque voten lo que vote el PP) aguantará hasta las siguen elecciones en las que se presentarán por separado.