Con Podemos en el Grupo Mixto, los cinco escaños liderados por Belarra serán libres a la hora de desarrollar un discurso propio que en Sumar incomodaba. Que es mejor un buen divorcio que un mal matrimonio es algo que todo el mundo sabe, en especial Liz Taylor. Sus cinco diputados abandonan la coalición liderada por Yolanda Díaz y se pasan al Grupo Mixto. No es sorpresa para nadie. Un divorcio que, al contrario que la boda, ha sido decidido sin consulta previa a las bases, movimiento inusual que desde la dirección de Podemos deberán explicar.
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Ione Belarra e Irene Montero no saben mantener la boca cerrada cuando toca. Pueden controlar algo a Pedro Sánchez en las sesiones del Consejo de Ministros y ayudar a moderar ciertas políticas del Gobierno. Desde fuera poco pueden hacer. Excepto batallas culturales que hacen que la gente pase de política.
Es lo que tiene ser la izquierda alternativa a la izquierda alternativa. En Podemos son horizontales hasta que deja de convenirles a los que mandan.
Tengo una teoría muy loca: lo mismo lo hacen porque saben que quienes les han votado no quieren representantes que se callen cuando tú creas que toca.
En Podemos veo mucha soberbia, mucha critica hacia los socios y poca hacia si mismas.
¡Chupito!
#El chiste de los trotskistas...#
Como Pablo Iglesias cuando dice que Sánchez "no es valiente" cuando se la está jugando en la UE y el panorama internacional. Por supuesto podría hacer más, pero jugar al desgaste favorece a la derecha.
A mí el berrinche y el ruido continuo de Podemos me cansa bastante.
Pero oye, ¡qué cansinos los de Podemos!
Lo que la gente quiere es un partido que defienda sus intereses y no uno que llame ultra-derecha a todos los demás.
Luego está el PSOE, claro, que de vez en cuando se ve obligado a hacer algo que le haga parecer de centro.