La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, prevé destinar 355.000 euros a la adquisición de nuevo mobiliario para las oficinas de la segunda planta del Ministerio de Economía situado en el Paseo de la Castellana 162, donde se encuentra su despacho. Esta compra, que se divide en varios lotes de distinto tipo de material, llega semanas después de que hayan comenzado unas obras faraónicas de casi dos millones de euros, destinados a reformar por completo las dependencias de la ministra y las oficinas destinadas a su Gabinete.
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Lo que se debería hacer es limitar estas mierdas. Un político no debería poder decidir si cambia el mobiliario de su oficina o no. Eso debería ser algo ajeno a ellos. Y por supuesto por ley que sean siempre muebles nacionales que seguro que se van a pillar muebles escandinavos de diseño y movidas del estilo porque #VaToPagao
Lo mismo diría con los aparatos electrónicos (móviles, tabletas y ordenadores): sus señorías tendrán que dejar un depósito equivalente al precio de compra de los aparatos, que se les devolverá al final de la legislatura o si les expulsan, previa entrega y comprobación de que el aparato funciona. Si los pierden tendrán que abonar un nuevo depósito previamente a la recepción del nuevo terminal.
Así acabaríamos con todas estas tonterías.
#FreeAssange