Cada vez que cruje Estados Unidos, algo pasa en España. El penúltimo gran drama norteamericano, los brutales atentados del 11 de septiembre del 2001, significó el principio del fin de ETA y animó a José María Aznar a efectuar un arriesgado cambio de alianzas. Un giro estratégico que pretendía alejarse del eje París-Berlín, para acercarse al Reino Unido en tanto que nuevo aliado preferente de Estados Unidos en Europa. La CIA aportó tecnología punta para localizar mejor a los militantes de ETA en Francia y Aznar ofreció un apoyo entusiasta a...