En el espacio posconvergente hay vida más allá de Carles Puigdemont. El problema es las dificultades que tiene para hacerse visible. Mientras uno ha roto todas las amarras con la antigua CDC y ha montado un partido nuevo a su medida, con el que está preparado para concurrir a la cita con las urnas el 14-F, el resto de actores, en cambio, intenta como puede recuperar el legado perdido de lo que fue y representó la extinta CiU en busca de una alternativa que, de momento, no acaba de cuajar.

El PDECat, la formación heredera de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), registró la semana pasada la marca política "Espai CiU", que remite a la antigua federación entre CDC y Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Convergència i Unió. Un espacio que lideró la política catalana durante más de 20 años, entre 1980 y el 2003. El nuevo logo recupera parte de la simbología de la antigua Convergència i Unió, como una esfera encima del logo con una 'senyera' marcada, así como el naranja y el azul oscuro, los dos colores de la federación.

1993 -Cuando el PSOE pacta con CIU: "González se humilla y compromete los intereses generales de España para mantenerse en el poder". 1996 -Cuando el PP pacta con CIU: "Aznar y Pujol: pacto para la gobernabilidad de España los próximos 4 años".

Quieren que creamos que Sumar Galicia es un partido progresista, pero escogen como portavoz a Paulo Carlos, uno de los fundadores de Compromiso por Galicia. Paulo se presentó a las Europeas en una coalición donde estaban CiU, PNV y Coalición Canaria.