En 2011, la OMS clasificó las microondas de la telefonía móvil como posiblemente cancerígenas para los seres humanos al existir estudios que las relacionan con ciertos tipos de cáncer cerebral. El movimiento STOP 5G denuncia que la nueva tecnología no solo puede favorecer el cáncer, sino multitud de trastornos como lesiones cutáneas, hemorragias nasales, dolores de cabeza, daños cognitivos y afecciones cardiorrespiratorias.