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De cómo WhatsApp destronó al email: por primera vez, usamos más los chats que el correo
Se acabó. La larga batalla entre el vetusto correo electrónico y los chats ha terminado en KO, como no podía ser de otra manera. Los servicios de mensajería instantánea han mandado a la lona al viejo email, cuyo uso en España cayó durante el primer trimestre del año hasta alcanzar su mínimo en lo que va de siglo. El 79,5% de los encuestados utiliza servicios de mensajería instantánea como WhatsApp, según la última oleada del informe de AIMC. Una cifra que supera, por primera vez en la historia, la que corresponde al correo electrónico (78%).
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Aunque personalmente, para el uso del whatsapp, que es algo así como un SMS mejorado, yo prefiero una y mil veces aplicaciones "tradicionales" como Gtalk o similares, que no se basan en un nº de teléfono sino en una cuenta de usuario, y que te pueden mostrar si la otra persona está online o trabajando. Estoy harto de recibir mensajitos de whatsapp cuando estoy trabajando o simplemente tomando un café con otra persona y al salir ver que son todos en plan "¿estás?" "¿puedes hablar?"... con una frecuencia de 5 mensajes por minuto y pese a poner en mi estado "estoy trabajando"
Sé que es una cuestión de actitud o educación, pero el software no es inocente porque está diseñado de forma que promueve determinado tipo de actitudes, como la de interrumpir inmediatamente lo que sea que estés haciendo para contestar un mensaje. A mí me hierve cuando vas a tomar algo y la gente mira más la pantalla del móvil que a mí...
los chat últimamente hay muy poca gente si no mirad en la red irc
Whatsapp: mensajes cortos o conversaciones sin textos largos.
Email: adjuntos, formalizaciones, texto que implique una larga redacción (o simplemente que sea superior a X carácteres).
Me atrevería a decir que uso mas el correo que Whatsapp.
También escribo mails a modo de "cartas" para no perder el contacto con mis mejores amigos (estamos muy desperdigados por España y Europa). Para debatir sobre temas de actualidad, para comentar las últimas películas o series... Para todo eso la mensajería instantánea es muy incómoda, es más complicado desarrollar ideas complejas.
Por último, y sin mencionar lo de los archivos adjuntos que ya habéis comentado, un mail es algo permanente y fácil de consultar. Por ejemplo, si estamos quedando para cenar el sábado que viene y escribes el nombre y la dirección del restaurante en el grupo de WhatsApp, cuando llegue el sábado vas a tener que pasarte media hora haciendo scroll hasta encontrarlo. Si se envía por e-mail, basta con hacer clic en el mensaje en cuestión.
Larga vida al e-mail.
Los grupos de Whatsapp son muerte
Pero sobre todo odio el típico mensaje de grupo diciendo "quedamos a las 15:00". Dando por sentado que toooodo el mundo lee y entiende el mensaje al instante de ser enviado. Si no se andan con cuidado se quedan fuera del plan por ser los únicos que silencian el móvil en el trabajo. Siempre les hace falta el típico amiguete de más confianza que les llama para preguntar
Es una cuestión de educación y de cómo la gente usa la tecnología, pero el diseño de software ya lleva implícito el tipo de uso que la gente va a hacer de él.
Eso termino con nuestra supuesta "amistad", ellos pensaban que yo era rara y yo que ellos eran unos gilipollas
Por otro lado, fíjate en lo que decía del diseño de software: whatsapp está pensado para enviar un mensaje como un SMS, sin saber si la otra persona está disponible o lo va a leer al momento. Simplemente, la gente "asume" que el otro está 24 horas al día mirando la pantalla y dispuesto a interrumpir sus actividades para contestar.
...A diferencia de otros servicios de mensajería instantánea como el viejo GTalk o Messenger, donde uno puede ponerse de estado "no disponible" y la gente lo ve. Usando Gtalk en mi móvil, yo puedo decidir si merece la pena enviar un mensaje urgente a una persona que no está conectada o si prefiero contactar con otro que sí tiene la lucecita verde y me va a resolver la duda al momento. Es un uso completamente distinto. Y distinto también del e-mail. Cada servicio, su tipo de uso.
Insisto en que se trata de una cuestión de educación, hábitos y actitudes. Hay gente que usa estas aplicaciones sin mayor problema, como es mi caso y parece que el tuyo, pero también hay otros (que yo conozco) que directamente se lo tienen que desinstalar de puro acribillamiento a mensajes irrelevantes y cabreos varios. La cuestión es que el diseño del software no es trivial: modela esos hábitos y actitudes, haciendo que unos sean más fáciles que otros, y en whatsapp es lo que hay.
El resto es un tema de hábitos, como dices. Si sabes que tus amigos pueden quedar entre semana alrededor de las 20:00 y te va a fastidiar no enterarte, pues acostúmbrate a mirar el WhatsApp a esa hora. Si te "acribillan a mensajes irrelevantes", utiliza la función de silenciar o silencia el móvil de por sí. Aunque tienes parte de razón, creo que estás incidiendo en que el uso de una persona de las apps de mensajería viene predeterminado por el de sus interlocutores y por el diseño de la propia app en sí, y yo creo que la responsabilidad principal sigue estando en el propio usuario. El problema es que cuando dicho usuario no sabe utilizarlo trata de echar balones fuera y culpar a todo lo externo en lugar de a sí mismo.
Es como toda esa gente (todos conocemos casos) que se borra de Facebook porque están cansados de las solicitudes de juegos (que se pueden bloquear), de los mails de notificación (que se pueden limitar o eliminar) o porque pasan demasiado tiempo conectados (como si eso fuera culpa de Facebook y no de ellos).