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La guerra que se esconde detrás del 'caso OpenAI' que puede cambiar el futuro del mundo

La pugna por la empresa dueña de ChatGPT va más allá de una escaramuza empresarial. Es una lucha a muerte entre utópicos y fatalistas sobre cómo se debe regular la IA. Y, de fondo, el temor a China

| etiquetas: «chatgpt , openai , inteligencia artificial , sam altman»
  1. Artículo con premisa interesante pero tras muro de pago - algún truquele para leer?
  2. #1 abrir en Firefox y modo lectura.

    Edito , mejor te copio pego


    amp.elmundo.es
    La guerra que se esconde detrás del 'caso OpenAI' que puede cambiar el futuro del mundo
    JORGE BENÍTEZ 22/11/2023 08:17FacebookTwitterWhatsapp
    7 - 8 minutos

    La guerra por el control de OpenAI, la empresa que fascinó al mundo con el lanzamiento de ChatGPT, va más allá de un episodio al estilo de la serie Succession, con sus despidos, bandos y puñaladas, al que se ha enganchado toda la audiencia interesada en la tecnología. Más allá de la bruma que generan tuits y comunicados de prensa que dan un giro a los acontecimientos cada pocas horas , vemos que, en realidad, quién se queda al frente de OpenAI no es lo más importante de esta historia. Ni siquiera quién gana y quién pierde en el sector de la inteligencia artificial (IA). Lo que está en juego es, nada más y nada menos, que el futuro de la humanidad.

    «Estamos ante dos corrientes que pelean no sólo en OpenAI, sino en toda la Tierra», dice José Ignacio Latorre, físico teórico y autor de Ética para máquinas. Aún más lejos va Carissa Veliz, profesora de Filosofía y Ética en la Universidad de Oxford: «El drama de OpenAI muestra que la inteligencia artificial no va a ayudarnos a resolver nuestros problemas de gobernanza. Todo lo contrario: cada vez resulta más evidente que en lo que tenemos que invertir es en ética».

    En definitiva, el lío de OpenAI es un microcosmos de una guerra cultural que tiene como protagonista a la IA en empresas y gobiernos de todo el mundo. Y, como en todas las guerras, hay bandos enfrentados a muerte.

    En una trinchera tenemos a los alarmistas que consideran que la IA debe ser regulada porque algunas de sus aplicaciones suponen un riesgo existencial para la Humanidad. En la opuesta pelean los superoptimistas, aquellos que niegan cualquier posible catástrofe derivada de esta tecnología y que, al contrario, creen que cualquier control es una peligrosa interrupción del progreso.

    La crisis en OpenAI demuestra la difícil convivencia entre dos familias que no se tragan. Lo curioso es que el origen del odio se encuentra en la mismísima OpenAI y su peculiar diseño corporativo: en principio se fundó como una compañía sin ánimo de lucro, pero más tarde se creó una filial para defender sus intereses económicas con el fin de financiar su exorbitante inversión tecnológica. En definitiva, la empresa encarna dos espíritus dentro de un mismo cuerpo.

    Esta controversia afecta a toda la industria tecnológica, así que…   » ver todo el comentario
  3. #1 abres en Firefox y le das a F9
  4. #1 Yo utilizo Bypass Paywalls Clean, addon para firefox. Parece que funciona porque no me he dado cuenta de que es muro de pago .

    Copio la noticia porque me ha parecido muy interesante:

    La guerra por el control de OpenAI, la empresa que fascinó al mundo con el lanzamiento de ChatGPT, va más allá de un episodio al estilo de la serie Succession, con sus despidos, bandos y puñaladas, al que se ha enganchado toda la audiencia interesada en la tecnología. Más allá de la bruma que generan tuits y comunicados de prensa que dan un giro a los acontecimientos cada pocas horas , vemos que, en realidad, quién se queda al frente de OpenAI no es lo más importante de esta historia. Ni siquiera quién gana y quién pierde en el sector de la inteligencia artificial (IA). Lo que está en juego es, nada más y nada menos, que el futuro de la humanidad.

    «Estamos ante dos corrientes que pelean no sólo en OpenAI, sino en toda la Tierra», dice José Ignacio Latorre, físico teórico y autor de Ética para máquinas. Aún más lejos va Carissa Veliz, profesora de Filosofía y Ética en la Universidad de Oxford: «El drama de OpenAI muestra que la inteligencia artificial no va a ayudarnos a resolver nuestros problemas de gobernanza. Todo lo contrario: cada vez resulta más evidente que en lo que tenemos que invertir es en ética».

    En definitiva, el lío de OpenAI es un microcosmos de una guerra cultural que tiene como protagonista a la IA en empresas y gobiernos de todo el mundo. Y, como en todas las guerras, hay bandos enfrentados a muerte.

    En una trinchera tenemos a los alarmistas que consideran que la IA debe ser regulada porque algunas de sus aplicaciones suponen un riesgo existencial para la Humanidad. En la opuesta pelean los superoptimistas, aquellos que niegan cualquier posible catástrofe derivada de esta tecnología y que, al contrario, creen que cualquier control es una peligrosa interrupción del progreso.

    La crisis en OpenAI demuestra la difícil convivencia entre dos familias que no se tragan. Lo curioso es que el origen del odio se encuentra en la mismísima OpenAI y su peculiar diseño corporativo: en principio se fundó como una compañía sin ánimo de lucro, pero más tarde se creó una filial para defender sus intereses económicas con el fin de financiar su exorbitante inversión tecnológica. En definitiva, la empresa encarna dos espíritus dentro de un mismo cuerpo.

    Esta controversia afecta a toda la industria tecnológica, así que pongamos dos ejemplos radicales de ambas

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  5. ¿Estamos ciegos o qué? Pues va a tirar por el lado menos ético como pasa con cualquier avance que tenga esa posibilidad. No quiere decir que no se use con fines éticos, pero la verdad, no entiendo el debate.
    Y lo que pase en esta empresa es indiferente, pues sólo es una empresa. Claro, si ya suponemos que esta empresa es a la que vamos a dejar en sus manos el control mundial de la IA, como ya pretendieron ellos mismos, pues sería un error porque aparte de acabar siendo usada como un negocio más (sin ninguna ética, porque así son los negocios), el control estaría en unas solas manos y en EEUU.
    Por ejemplo, si ahora tienen más urgencia en aumentar el armamento, evolucionar misiles, controlar el mundo, controlar a la gente; sus pensamientos, sus acciones y sus idas y venidas, que en en parar el calentamiento global, dudar en qué dirección va a ser usada la IA, es una duda estéril.
  6. #2 gracias por compartir
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