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¿Y por qué no una factura de calefacción central?
El consumidor tiene derecho a que le informen de sus consumos de calefacción (el 46% de su gasto doméstico), igual que ya dispone de información precisa de su consumo de gas, electricidad, teléfono… Si hurtamos el derecho de los vecinos a tener una factura similar para la calefacción (con históricos de consumos, precios y cálculos transparentes, acceso electrónico a la información, etc. ) tal como prescribe la Directiva, estaremos haciendo un flaco favor al ahorro.
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El día en el que José María Amusátegui le dijo al gobierno de turno qué tenía que poner en el BOE por la remuneración de alquiler de contadores no se sabía el infierno que se desataba.
En la última década el grupúsculo constituido por Constructoras, Bancos y Energéticas ha hecho un daño sideral a la eficiencia energética de este país puesto que se han construido varios millones de viviendas con una eficiencia energética que es un despropósito.
A los bancos le interesaba financiar cualquier chabolo de mierda puesto que se vendía sobre plano y permitía que un ejército de zombis, dispuestos a suicidarse financieramente, se subrrogaran a la hipoteca de su zulo.
Las constructoras sabían que cuatro paredes unidas con silicona y una calidad de construcción pésima tenían salida en el mercado porque la gente estaba abducida por la compra de vivienda. Supuestamente había que comprar lo que fuera en el momento puesto que dentro de 6 meses ese inmundo chabolo costaría un 10% más. Y por supuesto, las empresas eléctricas se frotaban las manos porque el consumo de esos cubículos inmundos sería descomunal y para que pudieses vivir con criterios de calidad y bienestar propios de inicios del siglo XXI te ibas a tener que gastar un pastizal en calentarla en invierno y enfriarla el verano. Todo era ideal y beneficioso para este grupúsculo de mafiosos legales.
Es más, el tan cacareado nuevo código de edificación que se nos ha vendido como una revolución en este sector es tan misérrimo que equipara la calidad de eficiencia energética de las nuevas viviendas, en algunos aspectos, a las alemanas de los años 80.
Recuerdo que hubo muchos merluzos, un 90% de los cuales no sabría definir de manera clara que es la energía, que consideraban la eficiencia de esta, y el nuevo código de construcción, como un esnobismo entre perrofláutico y ecolojeta y que lo único que haría sería encarecer la construcción y lógicamente el acceso a su tesoro.
Sí sería una buena oportunidad de cambio a una gestión más eficiente si no existieran los lobbies anteriormente señalados y los merluzos, es decir, si estuviéramos en otro país.
S2.