A principios de los años 60, en plena Guerra Fría y carrera armamentística con la URSS para ser los más poderosos, el Ejército de los Estados Unidos desarrolló una enorme máquina militar con dos brazos que pasaría perfectamente como uno de los diseños del doctor Huey Emmerich en la saga Metal Gear Solid. Su nombre, no sin cierta ironía, era “Beetle” (escarabajo).

A finales del pasado año, Herbert Diess, uno de los máximos responsables de la gama de turismos de Volkswagen, citaba como posibilidad que el célebre Escarabajo retornara al mercado como modelo eléctrico gracias a la flexibilidad de la nueva plataforma MEB desarrollada para este tipo de vehículo. Diess alegaba que la marca se está planteando una serie de modelos pasionales y el Beetle era precisamente una de las posibilidades.

l Volkswagen Beetle nació en el año 1938 con el objetivo de motorizar Alemania. Su producción se alargó durante décadas, y no finalizó hasta el año 2003 en México, después de haberse vendido unos 21,5 millones de unidades a lo largo de 65 años en fábricas de todo el planeta. De vehículo de acceso a icono hippie, el Beetle era y es el coche más conocido del mundo entero.