En el año 600 a. J, tras la caída del imperio Asirio, estaba muy próximo a constituirse el mayor imperio que jamás había conocido la Humanidad: el Imperio Persa, cuya longitud máxima fue de 4800 km, y que se extendió desde Cirenaica hasta Cachemira. Todavía faltaba mucho para descubrir que la Tierra era redonda.