En algún lugar del norte de Virginia, un hombre vestido como un asiento de coche busca las respuestas a preguntas vitales sobre cómo los vehículos autónomos interactúan con el público.
El lanzamiento en sí no tendía nada de particular de no ser por un detalle: la primera etapa del CZ-2C estaba equipada con rejillas aerodinámicas de control —grid fins— similares a las de los cohetes Falcon de SpaceX.
Esta estudiante de ingeniería de sistemas y redes se llama Esmée Kramer y ha grabado un vídeo mostrando a qué ha dedicado su tiempo libre en el último año: crear un disfraz de dinosaurio mecánico.
Elon admite que el robot no es real, pero dice que Tesla está trabajando en un prototipo real, y afirma que: “Tesla es posiblemente la empresa de robótica más grande del mundo porque nuestros coches son como robots semi-conscientes sobre ruedas”.