La SEGA Master System proviene de una larga sucesión de consolas. Lo que comenzó como una colección de componentes estándar se ganó una nueva identidad gracias a la ingeniería de SEGA, que sacó varios modelos diferentes dependiendo del país donde iba a ser comercializada: SEGA Mark III, la primera versión sólo vendida en Japón; SEGA Master System para Europa y América, evolución de la Mark III con nueva caja, BIOS y ranura para cartuchos; y la SEGA Master System para Japón, con la caja de la europea pero con la ranura para cartuchos japonesa.

Cuando Sega lanzó su consola Master System en 1986, o mejor dicho, la rediseñó y relanzó en el resto del mundo después de su lanzamiento en 1985 en Japón como Sega Mk 3 (SEGA Mark III), tomó una peculiar decisión que quizás sea una de las peores estrategias de marketing de la historia de los videojuegos: unificar el estilo de las portadas para sus títulos. Como resultado, muchos de los videojuegos que se lanzaron para Master System durante la década de los 80 se vendieron con una portada minimalista, que incluían una característica rejilla (.)

El extensor se incrustaba en el archivo ejecutable en el momento de la vinculación y se ejecutaba antes del código de la aplicación principal, por lo que generalmente los mensajes de inicialización de DOS/4GW aparecían en el inicio, como podíamos ver en aplicaciones como ‘Adobe Acrobat Reader 1.0’ y en juegos como ‘Doom’ (id Software, 1993) y sus secuelas, ‘Duke Nukem 3D’ (3D Realms, 1996) o ‘Mortal Kombat’ (Midway Games, 1992).

Pocas cosas eran tan satisfactorias a fines de los ’80 y principios de los ’90 como conectar el cartucho de Golden Axe en la Sega Mega Drive y patear traseros durante horas… por más que el juego durara 20 minutos. De hecho, la Mega Drive tuvo exclusividad sobre su secuela directa, pero además del contenido en sí, otro aspecto que nos fascinaba de esos juegos eran los gráficos. ¿Quieres saber cómo los hacían? La respuesta oficial es píxel por píxel a través del Digitizer System, que en sus diferentes versiones combinó lápices ópticos, tabletas

"La computación cuántica no se trata sólo de velocidad, sino de resolver problemas que antes no podíamos resolver", me comenta Chris Lirakis en una entrevista por videoconferencia. Como líder de IBM Quantum para la implementación de las máquinas electrónicas más avanzadas del planeta, Arrakis es responsable de instalar el nuevo IBM Quantum System Two, un nuevo ordenador cuántico que promete una revolución en el desarrollo de tecnología y la investigación científica hasta ahora impensable.