En este caso, Anatoli Bugorski era un joven científico que trabajaba en el sincrotrón U-70. En los sincrotrones el camino de los haces se curva con imanes hasta cerrarse en una suerte de círculo, de tal modo que con cada vuelta pueden acelerarse más y más hasta que consiguen la velocidad suficiente para el experimento. En el caso del U-70 los protones que aceleraba iban a 300.000 kilómetros por segundo. ¿Cómo pudo ocurrírsele meter la cabeza?