Hace apenas cinco años, la mejor manera para salir de prisión antes del tiempo estipulado por condena pasaba por tener un buen contacto en una cofradía de Semana Santa. Los indultos eran una costumbre que llegó a marcar cifras récord con los 520 presos excarcelados en 2006, o los 501 de 2012. En aquellos años, las celebraciones religiosas de Pascua suponían una oportunidad para la población reclusa. En aquellos años, al Gobierno le bastaba con una recomendación de un grupo religioso para impulsar una gracia penitenciaria. Todo eso ha terminado.
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Antes el tema de los indultos de los políticos a los políticos se criticaba en la prensa progre, qué lejos queda aquello.