«Hola, soy Marta, la chica de la foto, pero no, no soy enfermera ni estoy atendiendo a un paciente. Soy una hija despidiéndose de su madre dos horas antes de morir». Con estas palabras, Marta Justicia, una profesora de Lengua y Literatura en un instituto, comienza una carta con la que desea «al menos, salvar una vida», en unas fechas subrayadas, tradicionalmente dedicadas a las reuniones con familiares y seres queridos. «Lo quiero hacer por mi madre», señala con entereza esta jienense que ha tenido que lidiar con la faceta más dura del covid.
|
etiquetas: covid , coronavirus , pandemia
Aparte que dice que los hijos y los nietos no ven a los padres, que les dejaban la compra en la puerta, la dejaban en cuarentena y además la desinfectaban posteriormente (¿para qué tanto cuidado si el contagio por contacto es prácticamente nulo y se sabe desde hace tiempo?), los abuelos no salían de la casa y se habían ido al campo para estar más aislados; se ve que eran muy cuidadosos, incluso a extremos casi innecesarios como el tema de dejar cuarentena y desinfectar la compra, entonces, ¿cómo es que reciben la visita de unos amigos si tan cuidadosos eran? No cuadra, lo veo incoherente.
No me creo está historia. Pero en fin, en caso de ser verdad, pues una pena. Mala suerte han tenido.
Eso si, sacan los N mil argumentos que se cuidan, que no es para tanto, que con sólo evitar aglomeraciones, llevar mascarilla y lavarse las manos es suficiente. El nivel de ansiedad trepa tanto que salen con frases como "bueno, si ha llegado la hora de morir, que así sea". Temo que algunos caigan en el negacionismo.
Estamos en una guerra de desgaste y muchos se están quebrando.
La madre de Marta "no tendría" enfermedades previas, pero estaba inmensa y la obesidad es factor de riesgo.
Lo de contagio y síntomas en el mismo día ... Yo tampoco lo creo, pero si lo vuelves a leer dice: «El 26 de septiembre, llamé a mi madre. Hablaba con ella todos los días de mi vida. Me dijo 'está aquí mi amiga', y pensé '¿qué coño hace allí tu amiga?'»
Que bien podría ser que ese día coincidió la visita con la llamada, pero no fuera un hecho aislado, solo el único del que se enteró la hija.
Lo sabrás tú... Alucinarías con la cantidad de gente que todavía no sabe eso. Conozco personalmente a tantos que hasta diría que son mayoría los que todavía no se han enterado.
Y lo de que eran muy cuidadosos y a la vez reciben la visita de unos amigos... Si van sin avisar (cosa muy habitual en los pueblos, y supongo que también lo hacen algunas personas en las ciudades), ¿qué haces? ¿los dejas en la puerta?
No estoy diciendo que la historia sea cierta, simplemente que a mí no me parece tan raro lo que objetas.
Es un problema cuando la necesidad de socializar es tan fuerte como el miedo a morir, quizás deberían salir mas historias como esta, para entender que no es morir sino sufrir durante dias hasta morir.
Feliz Navidad chicos!
No me creo que sí llevaban a rajatabla las medidas, quedaran con un matrimonio y justo tienen la mala suerte de contagiarse, y más teniendo en cuenta que eran personas de riesgo (¿por qué tirar por la borda el esfuerzo de meses y jugártela si tan concienciados estaban?). Lo mismo los padres hacían más vida social de lo que los hijos tenían constancia o nos quieren hacer creer.
Los hijos pudiera ser que realmente tenían cuidado y no vieran a sus padres, pero me da que los abuelos entraban y salían (o dejaban entrar y salir) más de lo que los hijos pensaban. De no ser así y realmente pasara lo que dice el texto, muy mala pata, aunque muy raro contagiarte un sábado por la noche y el lunes ya estar tan malito si el tiempo de incubación medio son unos 5-7 días.
Pero vamos, que lo veo mucho, gente mayor, las principales víctimas potenciales, haciendo lo que les da la gana y teniendo 0 cuidado. En fin.
Te pongo por ejemplo a los amigos de mi padre. Tienen esas edades, entre 66 a 75 aprox, pues no paran quietos. Quedadas para comer en casa de uno u otro, tardecitas en el bar, partiditas de dominó en la asociación TODOS los días, etc. Compras, viajecitos de fin de semana al pisito de la playa, quedar con los amigos del pueblo, ahora que si misa... Etc etc. Es alucinante, no paran quietos y quedan con muchas personas. Suelen usar mal las mascarillas,... Es muy llamativo y te quedas con cara de tonto, porque los hijos se cuidan mucho más que los padres, precisamente para no contagiar a estos últimos.
Sí. Mejor perder a unos amigos irresponsables, que la vida.
¿En qué cabeza cabe hacer una foto de ese momento, tan íntimo y doloroso, y publicarlo y hacerlo rular por todo internet?
¿Dónde queda el respeto a su propia intimidad y a la de su ya fallecida madre?
Aunque también pueden haber tenido algún despiste, que la calidad de las mascarillas no fuera buena, quizás llevaba sólo mascarilla higiénica o quirúrgica en vez de FFP2, que que no la tuvieran bien colocada y se colara el bicho por algún resquicio...
Los mayores son completamente incapaces de decir que no a una visita de un amigo, de un familiar, de los nietos... en cierta medida, la educación que han recibido se convierte en una trampa mortal.