Está vivo de milagro. El pasado mes de mayo Juan Rafael Báez comió una seta, presumiblemente una 'Amanita verna', que recogió en el paraje guipuzcoano de Pagoeta y durante varios días se debatió entre la vida y la muerte. Ahora, este nicaragüense vecino de Zarautz se recupera tras haber sido sometido a un trasplante de hígado. «La vida me ha dado una segunda oportunidad», asegura el joven, nacido en Somoto hace 30 años.
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Espero que espabiles, porque has jugado a la ruleta rusa y casi te matas.
Hoy en día lo que hay que hacer es acudir al puesto micológico más cercano, suele haber uno en cada pueblo de Guipuzkoa. Y esto hay que hacerlo AUNQUE SE CREA QUE SE SABE DE SETAS LO SUFICIENTE. Como mínimo se intercambiarán ahí opiniones, y siempre se aprenderá algo.
Suerte Juan, todo acabará siendo un mal recuerdo.
Siempre se han de seleccionar ejemplares bien desarrollados y que ya manifiesten todas las características que permitan identificarlos sin margen de dudas.
Lo de fiarse de las láminas de un libro y encima coger ejemplares pequeños es jugársela sin necesidad...
* noticia extra del día: no se puede vivir sin hígado.