No cabe duda de que la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, vulgo Antigua Guatemala, es un caso especial, tanto por la riqueza de su legado arquitectónico español, como por su entorno natural -la rodean nada menos que tres volcanes- y su catastrófica Historia. Tras la destrucción y el abandono, resurgió y hoy es una ciudad viva, un museo arqueológico al aire libre y el mayor polo de atracción turística del pequeño país centroamericano.
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Considerar héroes a los sometedores de indios. Por mucho que fuese con la idea de otros indios. Y esperar que localmente se les aplauda porque trajo la civilización. Es algo bastante propio del romanticismo del siglo XIX.
"Destruir el legado histórico" que parte de la percepción de amigos o enemigos, de gente de mal que nos quiere destruir sin entrar en su argumentario o tratar de entenderlo. Da pereza...
Y por último, considerar 'nuestro' lo que hicieron otros de hace cinco siglos en plan unidad de tribu...es nacionalismo (que es lo que hace cualquier nacionalismo de la península, no es exclusivo al español).
Por lo demás todo correcto, me ha entrado realmente ganas de visitar la ciudad por mí mismo.
En fin, veo que estas lobotomizado por lo que justamente criticas en el articulo.
Si te consideras mas importante por lo que hicieron generaciones anteriores que no son tuyas (se entiende que tus antepasados se quedaron en la península y los de esos 'héroes' no, por lo que no llevas sus genes) pues felicidades por ti, aunque no lo entiendo. A mí la verdad es que me da igual, no baso mi identidad en antiguas victorias y conquistas. Me parecen geniales algunas construcciones y hechos que hicieron los españoles en Latinoamérica, que verdaderamente considero que fue un proceso colonial mejor que el inglés, que dio lugar al mestizaje y no a la aniquilización de indígenas. Pero eso no elimina que hubo un arrebatamiento de estructuras de poder, abuso de poder y racismo que aún perdura en esos países (junto a enfermedades que diezmaron la población local descontroladamente que facilitaron el proceso).
Pero no baso en eso mi identidad en eso. Es sano conocer la historia sin banderitas ni orgullos, ni buenos ni malos; la historia es poliédrica y no entiende de relatos de cuentos nacionalistas del siglo XIX.
Aprender la historia sirve para entender la actualidad, pero no para basar tu identidad en ello. Y te lo digo desde Barcelona que aquí el tema de la historia lo tenemos también bastante prostituido.