En la gran biblioteca del patriarcado de Jerusalén, Jean-Baptiste Piggin de la Universidad de Gottingen, ha encontrado una obra perdida del poeta trágico Eurípides. Dicha obra habría sido fundamental para escribir el relato de "Palamedes" y aspectos de la Guerra de Troya.
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"Eurípides, no me sófocles que te esquilo y te meto una orestiada"
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Otra cosa es que estuviera en Actualidad, pero no es el caso.
www.roger-pearse.com/weblog/2016/06/21/fragments-of-euripides-palamede
Antigua.
#2
En este caso el investigador estaba trabajando sobre un códice de la Septuaginta, una traducción griega de las Escrituras Hebreas, cuando encontró los restos borrados del texto anterior, que es lo que se ha descubierto. Nadie había reparado en ello antes porque son obras muy antiguas y delicadas, que se almacenan en espacios especiales y que sólo se sacan para alguna investigación, como ha sido el caso. Si este investigador no hubiera estado examinando el códice para hacer una edición crítica de la biblia griega, probablemente el texto del palimpsesto nunca se hubiera descubierto.
No es que no haya un inventario detallado de todo lo que tienen, es que hay obras que contienen "sorpresas" que sólo se descubren cuando se analizan minuciosamente.
De hecho es lo primero que he pensado
¿El qué?
Supongo que se referirá al Codex Hierosolymitanus. A no ser que el autor prefiera redondear, con una refrencia a Salomón, una ya absurda y espuria etimología que hace descender el término "Jerusalén" de un presunto "Hierosolyma" (del griego "hieros", sagrado) para abundar en la idea de su grandeza esencialmente monoteística y pasar por alto que Jerusalén significa "fundada por Shalem", la diosa cananea de la noche.
Supongo que el hecho de que "Jerusalén" haga mención a que fue fundada por cananeos politeístas (es decir, por el pueblo del que una posterior cosmogonía bíblica separó a los israelitas) no le viene muy bien a su idea de que esa ciudad le pertenece por el mero hecho de profesar una determinada religión.
es allí donde hace unas semanas apareció, por obra y gracia [toma cliché] del neozelandés Jean-Baptiste Piggin, un códice -el Codex Hierosolomitanus “Sancti Sepulchri 36” – que anteriormente sirvió para escribir un gran fragmento de una obra perdida de Eurípides, “Palamedes”
A esto le añadimos detalles seudobiográficos sobre Eurípides y un resumen del mito de Palamedes. ¡Bravo, señor periodista!
No obstante, como el artículo se explica como un libro cerrado, es difícil deducir si realmente se ha encontrado algo nuevo o no, pero parece que no.
www.roger-pearse.com/weblog/2016/06/21/fragments-of-euripides-palamede
De la vieja escuela.
¡Madre de dios!