Las violaciones anales y vaginales, los manoseos y las prácticas de sexo oral también ocurrían en los cuartos de baño, los dormitorios, el jardín y un sórdido sótano del centro educativo situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, unos 1.065 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, según la denuncia de los alumnos del instituto contra los dos curas y tres laicos.
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Pues no sé, pero yo me lo haría mirar.
Cuando quienes han abusado de niños tienen altos cargos eclesiásticos: "la idea de dios y la religión son una cosa, y lo que cada cual haga es otra cosa; no debemos confundirlos y dejar que lo segundo perjudique lo primero; la idea de dios y la religión NO son necesarias para que la gente se porte bien".
No creo en el dios de que nos hablan los de la iglesia, porque nunca he visto nada de él. Pero sí creo en el diablo de que nos hablan los de la iglesia, porque ese diablo sí puedo verlo con mis propios ojos: son ellos mismos, los de la iglesia.