El Arzobispado de Madrid cierra una parroquia donde se comulga con rosquillas y turrón

Aunque haya un par de noticias parecidas, creo que no aportan la información suficiente. [C&P] La Teología de la Liberación, inspiradora de algunos de los movimientos revolucionarios y terroristas más sangrientos, se ha atrincherado en una parroquia de Madrid. Los tres párrocos de San Carlos Borromeo, en el barrio de Entrevías, predican un Catecismo y practican un culto no reconocidos por la Iglesia Católica, y han desafiado con constituirse en una "asamblea" parroquial dispuesta a seguir con sus actividades

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La voto amarillista porque lo de las rosquillas y el turrón, cómo se puede leer en casi todos los demás medios, no es más que una excusa para cerrar una parroquia cercana a la Teología de la Liberación. Así que título erróneo al menos y manipulación segura.

[#2 soniapc]

si consagran patatas fritas, podríamos tener el cuerpo de Cristo sabor jamón! o sabor barbacoa!

[#3 ElMaki]

¿Es por el April's Fool o es de verdad?

[#4 txematools]

Si eres católico, pues a cumplir con lo que ordena el senador Palpatine y si no lo haces, pues a asumir las totalmente lógicas consecuencias. Mi más absoluta solidaridad con el Sr. Obispo.

Intentar cuadrar el círculo, confrontando frontalmente lo dispuesto por el Capo de la Secta Católica y pretender a la vez permanecer en ella y que encima se lo reconozcan, es un notabilísimo ejercicio de doblepensar, al alcance tan sólo de los que realmente tienen Fe.

[#5 joseanxx]

Ningun teologo de la liberacion ha inspirado genocidios, como hicieron varios papas, ni ha aplaudido cruzadas como las matanzas franquistas.
La informacion es amarillista, porque ademas estos señores lo unico que hacen es ayudar a los que lo necesitasn y en ninguna parte esta escrito que la liturgia sea solo una. Siento que Enrique Castro le hagan mas dificil la vida aun desde la opulencia del palacio arzobispal y lo veo como una prueba de que la iglesia esta secuestrada por un sector radical, amante del lujo y del boato. Igualito que Cristo, vamos.