El arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, presidió ayer en la Catedral de la ciudad una Vigilia por la Vida, un acto que ha servido a la Archidiócesis para promocionar la campaña ¡Protege mi vida!
Otro flagrante caso de hipocresía. Y lo peor es que luego no quieren bautizar a esos niños si sus padres no están casados. ¿Qué pasaría si la Iglesia comenzara a ser consecuente?
De traca, no tengo palabra, pero no sólo por esto sino por toda la campaña. No gusta la política en el deporte pero parece que a los curas les mola lo de manifestarse en las prociones.
Uno nunca se puede fiar...