En el laboratorio de salud pública de Madrid se amontonan las muestras de cerveza con las de aceites, las de licores clandestinos con las de carne sospechosa. Un grupo de químicos expertos en detectar fraudes alimenticios trabaja a destajo entre cubetas y batas blancas. Francisco Alarcón, uno de los técnicos, ve una botella de whisky y ya puede intuir si se ha adulterado su contenido
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Más inspecciones y más sanciones.
200 análisis al año....... eso no basta ni para un local pequeño. que si, que son aleatorios y bla bla bla pero la gente sale todos los fines de semana.