A esta industria llegan otras jóvenes más vulnerables, con escasos recursos económicos. Estas acuden de manera voluntaria a la propuesta de trabajo delante de la webcam, atraídas por la oferta económica y de buenas condiciones laborales para ejercer actividades sexuales en vivo. Después, todo es mentira y las condiciones son muy distintas: las explotan tanto en el horario como en las condiciones económicas, las fuerzan a tener relaciones sexuales sin preservativo, son maltratadas física y mentalmente, explotan sus cuerpos.
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Por azares del destino, amigas mías me han dicho o he descubierto que era webcamers, y en algún caso también prostitutas y jamás ninguna fue obligada a ello.
Creo que hay que estar hecho de una pasta muy particular para dedicarte a algo así y muchas de estas chicas, sencillamente, no habrán calibrado en absoluto las consecuencias, empujadas por la necesidad (o por el deseo incontenible de tener el último iPhone, que seguro las habrá). En fin, asco de mundo.
P.d por si queda duda, la figura de manager es el proxeneta