No puedo parar de pensar en que cuando nos dicen “llorad, pues es tiempo de hacerlo”, nosotros lloramos al unísono, con justa obediencia. Que hasta eso está programado. Entiéndanme bien: Cómo no llorar tan gigantesca tragedia; no va por ahí mi reflexión. Más bien tengo el foco puesto en esos dramas que no consiguen semejante respuesta colectiva porque nadie parece abrir las compuertas del lacrimal que coordina a la nación.
|
etiquetas: accidente , tren , santiago , artículo opinión
En otras palabras, no son espectaculares.
Y dice mucho que la primera reacción de este hombre haya sido conspiranoica, pensar que "alguien" nos manipula, que nos programan, que obedecemos... y también que solo haya pensado en España, como si lo mismo no ocurriera en todas partes ("las compuertas del lagrimal que coordina a la nación"). Pero dice mucho sobre él, no sobre nosotros. Sobre nosotros solo dice que somos Homo Sapiens como todos los demás.