Un club de fútbol base impide a un niño de nueve años con autismo que juegue los partidos de su equipo, perder pesa más que incluir. Puede seguir entrenando, eso sí. Pero este niño, que no se ha perdido un solo entrenamiento en todo un año, no podrá jugar con sus compañeros. Solo le queda llorar y aguantarse. O no, porque su familia no se va a quedar quieta.
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etiquetas: autismo , infancia , discriminación , fútbol
Hay más deportes y en deporte base muchos.
( Mi hijo hace balonmano por ejemplo.. )
No puede jugar, como no jugaría un cojo. Los buenrollistas dirán primero que juegue y después que no le hagan faltas y después que le dejen marcar gol. Ni puta idea.
Ver a un niño de estas características jugar con niños sin ningún problema sería un espectáculo lamentable.
Si, en el fútbol hay mucho cafre. Pero no es culpa del fútbol, es culpa de los cafres.
Si entrena todo el año, es síntoma de que quiere jugar, pero eso lo sabe el. propio niño y sus padres.
Igual que la opinión de un crío sobre con quién se sienta en clase o quiénes son sus compañeros de aula importa un bledo.
Veo normal que le dejen entrenar mientras se tengan en cuenta sus limitaciones pero poco más.
Todos los que juegan a fútbol (o deportes competitivos) quieren ganar, puesto que es donde está la gracia del juego, y imagino que a los compañeros no les debe hacer gracia perder todos los partidos por culpa del autista (que será lo que pensarán ellos, aunque no sea cierto del todo). Eso o lo sabes llevar de putísima madre como entrenador/a, o medio equipo acabará odiando al autista, abandonando el equipo....
Salud
Pero eres un miserable incapaz de argumentar y te escudas en negativos en lugar de tratar de defender tu postura.
Espero que al menos seas estéril.
#19 No necesitas darme explicaciones ni lloriquearme tus mierdas. Un abrazo, guapi.
Yo quiero que mi hija sea doctora o abogada pero si no vale para estudiar no voy a obligar al profesor que la aprueben para ser igual que el resto de sus conpañeros. Si no entiendes eso, no tengas hijos porque os vais a dar muchas hostias.
El fútbol está sobrevalorado.
Y la competitividad absurda en niños .