Uno de los mejores aderezos que podemos tener siempre en la despensa es esa cebolla frita que añade un toque crujiente delicioso a multitud de platos. A pesar de que ya se encuentra en cualquier supermercado y no suele ser un producto caro, merece la pena hacerla en casa, sobre todo con esta técnica sencilla usando solo el microondas.
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Personalmente, nunca le encontré la gracia al plato. Como más me gusta disfrutar la cebolla es en rodajas finas, pochada con un poco de aceite en su jugo (tapadita en una sartén hasta que destapas para que evapore su líquido, sin apenas sal y con un pellizco de orégano al final de su preparación).
Es freir usando el microondas. Primero, es peligroso, como se te derrame el aceite hirviendo al sacar el recipiente del microondas puedes terminar en el hospital con quemaduras muy graves. Además, terminarás con todo el microondas lleno de grasa por dentro. Una guarrada. Y por si fuera poco, necesitas usar papel aluminio, que es uno de los resíduos más contaminantes que hay.
Coge la sartén, pon el extractor y frielas en la puñetera sarten, que es su lugar.
Lo del papel de aluminio no se ni que responderte, que en el artículo no lo mencionan