Estamos viviendo de pleno una nueva religión, la del capitalismo del hiperconsumo marcada por una estetización del mercado. La maquinaria económica se coloca al servicio del deseo inmediato, individualizado y emocional. Es el mismo capitalismo de siempre, pero en constante transformación, cuyo objetivo es aumentar sus riquezas, producir y difundir en abundancia toda clase de bienes para el mercado, pero generando profundas crisis económicas y sociales, desigualdades y pobreza, así como grandes catástrofes ecológicas.
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etiquetas: comprar , consumir , black friday
El capitalismo no es ninguna religión.
Puede decirse que una diferencia básica entre la religión y la ideología consiste en la actitud ante el bien y el mal. La religión sostiene que el mal, y por consiguiente la culpa, es intrínseco al individuo, y que atenuarlo o, en casos ya muy difíciles, superarlo por completo, exige un combate interno y permanente para que venza el bien. La ideología niega tal cosa, y considera el mal un hecho accidental, nacido de la ignorancia, la miseria u otras limitaciones.
Partiendo de esta base, a mí me encaja más el comunismo como una ideología muy próxima a la religión y el capitalismo como sistema económico (ni siquiera como ideología).
Como la primera frase del artículo ya me parece una falacia, creo que no me merece la pena seguir leyendo.
Si el comunismo tuviese el mismo éxito en crear bienes y servicios a tan gran escala, seríamos igual de consumistas. No se trata de un sistema u otro, se trata de que somos niñatos que arramplamos con todo lo que nuestra economía permite.
No os gusta el capitalismo? Pues no compréis lo que no necesitáis, me cagondiós.
El final es siempre lo mismo: "Es que la gente ahora... no como en mis tiempos..."