La búsqueda de soluciones contra la COVID-19 nos está mostrando en directo la importancia del conocimiento científico. Sin embargo, en ocasiones se desprecia como base para tomar decisiones políticas y, en el otro extremo, se le exige un poder de predicción absoluto que no tiene. ¿Cómo cambiará la imagen social de la ciencia? ¿Aprenderemos a valorarla tal y como es?
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El cientificismo es el nuevo opio del pueblo. Es una manera de tratar de controlar la opinión pública. Los nuevos sacerdotes son llamados "científicos", en perjuicio de los verdaderos científicos (los que siguen aplicando con neutralidad tajante el método científico). Ya nadie se extraña de que los "estudios científicos" se contradigan entre sí, ni de la corrupción ocurrida en las más prestigiosas revistas científicas.
Tal vez los verdaderos científicos o los amantes de la ciencia deberían dejar de callarse y limpiar todo esta contaminación que lleva a que se mezcle la ciencia con la propaganda. Al igual que la comida rápida, la "ciencia rápida" no tiene el mismo sabor ni profundidad, es cortoplacista y se usa principalmente para reforzar intereses particulares o para tener titulares favorables en los medios de comunicación.
Creo que el artículo saca de contexto la frase "hacer social la ciencia es bajarla de su pedestal". Lo que quiere, claramente, decir es que la sociedad tiene idealizados a los científicos como si fueran magos. Y que para que la ciencia sea valorada socialmente, la sociedad debe dejar de pretender poner a los científicos en pedestales. No que los científicos se crean que están en un pedestal. Mas bien al contrario. Los científicos de mayor relevancia, en mi experiencia, suelen ser gente muy afable y sin arrogancia, y son los primeros que intentan apagar, con su actitud, cualquier inclinación del interlocutor a caer en la falacia de la autoridad cuando le piden "opinión". Un buen científico no te da su opinión, sino su valoración objetiva. Ahora bien, gilipollas los hay en todos los ámbitos. Aunque en ciencia los arrogantes tienen las patas muy cortas.