No es que la orden sea el silencio. Es que nos enseñan a temer a las palabras, a las consecuencias –pocas veces provechosas- de nuestra queja u opinión. Nos hemos acostumbrado a que sea más rentable autocensurar un comentario que educarnos en el pensamiento crítico. Cada vez me encuentro con más personas que optan por no hacer pública su opinión por miedo a la reacción de la masa. En los últimos meses he asistido a más linchamientos en redes sociales que en toda la filmografía wéstern junta. No nos gusta la disidencia.
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tengo mala reputación
que haga lo que haga es igual
todo lo consideran mal
Yo no pienso, pues
hacer ningún daño
queriendo vivir
fuera del rebaño
No, a la gente no gusta que,
uno tenga su propia fé
G.B.
Como ejemplos pueden servir las reuniones familiares o entre la cuadrilla de amigos, donde se suelen poner vetos a ciertos temas para no tensar la reunión. Nos falta sosiego, sosiego y tolerancia. Y es que hay personas que sólo con intuir que la línea argumental va en contra de sus ideas o principios, se te tiran al cuello. Sin esperar a que se pueda desarrollar argumento alguno. Me pregunto si este tipo de conductas se deben a un exceso de soberbia o al miedo que nos da reconocer que, las ideas o creencias por las que nos estábamos guiando y defendiendo, no eran del todo las acertadas.
Es frecuente escuchar, a los que vivieron en su plenitud el anterior régimen, que lo que decía un cura, un maestro o un médico se aceptaba sin rechistar. Se solía aceptar como una verdad absoluta. No digamos ya de la autoridad establecida, por la cuenta que les traía.
Está claro que hay que revisar los modelos educativos y sentar las bases para que las personas, desde niños, tengan las herramientas suficientes para un desarrollo personal basado en el respeto y el pensamiento crítico. Porque tan importante es enseñar a leer, escribir y hacer cuentas como estimular la imaginación y la curiosidad del por qué de las cosas. Hay que entender para poder opinar. A no ser que se busquen corderitos dóciles. "Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado" (Ortega y Gasset).
Si no se enseña a la población a pensar por sí mismos y en libertad, nos espera un futuro muy negro. Estamos dejando esta labor, la de la opinión, a los medios de comunicación. Medios que, lejos de presentar la información de una forma veraz y plana, se dedican a “cocinarla” para que podamos digerirla de la forma adecuada. Que haya firmas comerciales “subvencionando” la información nos tiene que llevar a pensar que esa información no está hecha desde la libertad, y por lo tanto puede estar viciada.
Es repugnante.
Enseñar a debatir, a argumentar y a razonar es enseñar a pensar por uno mismo, respetando y escuchando a los demás. No repetir ideas, fechas, acontecimientos y definiciones como loros, que dicen lo que saben, pero no saben lo que dicen.
Un señor que llamó gusano a un deportista por buscar una vida mejor y huir de Cuba, y que cuando todo el mundo le crítica por insultar, dice que hay campaña contra él.
IRRELEVANTE.
Los medios son una triste plataforma de teletienda. Lo disfrazan de servicio público o entretenimiento para atraer anunciantes. Somos una sociedad mediocre y nos tragamos todo lo que nos pongan delante. Una pena.
En serio, algunos vivís en un mundo paralelo...
Aquí el problema suele ser que hay una horda de nuevos fascistas (el UKIP, el Frente Nacional, etc.) que sólo se quejan de la censura, de la marginación social y de eso que llaman "policorrectismo" cuando la gente reacciona mal ante las barbaridades que sueltan. En realidad es sólo una forma de intentar anular el rechazo social hacia cosas como la xenofobia o el machismo, rechazo social que se ha conseguido implantar en buena parte de la sociedad occidental en los últimos años. Cuando son otros los que se quejan de censura o marginación social, como hace ahora Willy Toledo, ellos son los primeros en censurarlos y marginarlos.
Y sí, una cosa es opinar y otra amenazar de muerte. Pero hay gente que sólo se limita a opinar porque no tiene la capacidad de hacer nada más, que opina precisamente para crear opinión y tratar de conseguir esa capacidad, y que cuando la obtenga dejará de opinar y pasará ya no a amenazar de muerte sino a asesinar. Hitler también se limitaba a opinar, hasta que tuvo el poder suficiente como para poder hacer algo más. Justo igual que quienes crean y/o sostienen partidos políticos de esos que critican la "inmigración descontrolada". ¿O crees que, opinando que algo es muy malo, cuando tengan la oportunidad no van a actuar contra ese algo?
¡Queremos saber más, no nos dejes así!
Y no, no estamos hablando sólo de opiniones, sobre todo cuando tú mismo reconoces en tu segundo párrafo lo difícil que es desligar las opiniones de los actos. El que opine que hay que acabar con la homosexualidad, lo más probable es que intente que esa opinión se convierta en una realidad. Para evitar esa realidad, hay que empezar conteniendo esa opinión (no necesariamente a través de la violencia).
Lo que jamás debemos hacer es permitir que ciertas opiniones salvajes y bárbaras sean difundidas alegremente mientras nos encogemos de hombros y decimos "tiene derecho a pensar así". Esa es la receta más rápida hacia la desaparición de la libertad de expresión y/o hacia la construcción de una sociedad peor.