#85 Los británicos se quejan y el negocio recibe feedback y puede mejorar.
Los españoles no se quejan, pero se lo cuentan a todos sus conocidos su mala experiencia. Luego el negocio va perdiendo clientes sin saber la razón. Cuando se dan cuenta han perdido tantos clientes que tienen que cerrar el negocio.
#101 También hay otra diferencia... lo habitual es que cuando reclamas, tu opinión sea la del "otro que se vuelve a quejar de lo mismo, como son todos gilipollas, paso de hacerles caso". Total, ¿para que mejorar si es mejor pensar que la persona que se queja es por que es imbécil?.
Pongo un ejemplo, ¿es necesario quejarse del estado de los baños en tantos y tantos bares?... ¿no se han dado cuenta que son una porqueriza, o es que hay que comentarselo por si se les ha pasado por alto?
#94 No es así. Es resultado de mala organización y pésima gestión del equipo. Eso pasa en unos restaurantes, pero en otros no, así que, si no es una pauta común en todos, el fallo está en otro sitio, no en el cliente.
Yo he comido en restaurantes a tope de trabajo, con barra funcionando a todo trapo y dos o tres turnos de sala y me han traído la cuenta en dos minutos contados. Si esos restaurantes pueden hacerlo el resto también pueden.
Por poner un ejemplo, los que funcionan sorprendente bien son los de los polígonos. Van volando... te sientas, te sirven rápido, te cobran en pocos minutos y sales por la puerta. O son eficaces, o en un polígono duran dos días antes de quedarse vacíos. En el caso que comenta #90, la cuenta está hecha en cuanto estás pidiendo los cafés o postres... si quieres echarte una hora de charla, te la echas, pero la cuenta ya está anotada.
¿El secreto?... casi todos son de clanes familiares, y llevan en restauración toda la vida; te controlan una sala con una mirada y saben lo pedido sin tablets ni cacharros. ¿Los que fallan?, los que tienen chavales trabajando a turnos y que van siempre saturados por que no es lo suyo.
Yo también me he levantado y me he ido... y es algo que me jode mucho hacer. No es de recibo pedir el primero y segundo y luego un café (no estamos pidiendo menus de degustación a elegir). Cuando pides la cuenta tres veces, llevas 20 minutos esperando, ves como cobran a otros antes que a tí... pues mira, no parecen tener ganas de cobrarte, así que les das el gusto de no esforzarse en cobrar, y todos tan felices.
#87 Lo de la maleta no lo he hecho nunca porque no me ha "hecho falta", pero si llevas cosas que se pueden romper, las puedes dar por rotas si las meten en bodega. Cuando ves que el espacio en cabina está ocupado por gente que mete varias cosas y chaquetas, pues no me sorprende la gente que se niega, sinceramente.
#97 Los Alemanes igual. Yo no suelo protestar a no ser que sea algo gordo, pero ellos "reclaman" todo. No es que monten un cristo, simplemente llaman al camarero y le dicen, por ejemplo, "disculpa, me has puesto poca espuma en el café con leche, y debería tener hasta arriba". Están acostumbrados a decir las cosas tal como las piensan, y hacen lo mismo contigo. Te dicen las cosas tan "crudas" que suele ser dificil adaptarse (a mi al principio me hacían sentir un inútil, porque siempre tenían algo que decir. Entendí que era lo normal, porque para ellos, te ayudan a hacerlo perfecto.)-
Los españoles no se quejan, pero se lo cuentan a todos sus conocidos su mala experiencia. Luego el negocio va perdiendo clientes sin saber la razón. Cuando se dan cuenta han perdido tantos clientes que tienen que cerrar el negocio.
Pongo un ejemplo, ¿es necesario quejarse del estado de los baños en tantos y tantos bares?... ¿no se han dado cuenta que son una porqueriza, o es que hay que comentarselo por si se les ha pasado por alto?
Yo he comido en restaurantes a tope de trabajo, con barra funcionando a todo trapo y dos o tres turnos de sala y me han traído la cuenta en dos minutos contados. Si esos restaurantes pueden hacerlo el resto también pueden.
Por poner un ejemplo, los que funcionan sorprendente bien son los de los polígonos. Van volando... te sientas, te sirven rápido, te cobran en pocos minutos y sales por la puerta. O son eficaces, o en un polígono duran dos días antes de quedarse vacíos. En el caso que comenta #90, la cuenta está hecha en cuanto estás pidiendo los cafés o postres... si quieres echarte una hora de charla, te la echas, pero la cuenta ya está anotada.
¿El secreto?... casi todos son de clanes familiares, y llevan en restauración toda la vida; te controlan una sala con una mirada y saben lo pedido sin tablets ni cacharros. ¿Los que fallan?, los que tienen chavales trabajando a turnos y que van siempre saturados por que no es lo suyo.
Yo también me he levantado y me he ido... y es algo que me jode mucho hacer. No es de recibo pedir el primero y segundo y luego un café (no estamos pidiendo menus de degustación a elegir). Cuando pides la cuenta tres veces, llevas 20 minutos esperando, ves como cobran a otros antes que a tí... pues mira, no parecen tener ganas de cobrarte, así que les das el gusto de no esforzarse en cobrar, y todos tan felices.