El economista Christopher Pissarides (Nicosia, Chipre, 74 años) fue galardonado en 2010, junto a Dale Mortensen y Peter Diamond, con el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones sobre cómo casar la oferta y demanda de empleo. Doce años después, con una crisis financiera, sanitaria y una guerra de por medio, conviene seguir escuchando las recetas de un académico que no tiene miedo a hablar de flexibilidad en el mercado de trabajo a la vez que reivindica el papel del Estado para echar una mano a los que menos se benefician de los avances...
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etiquetas: coste de vida , salarios , premio nobel , crisis financiera
O sea que el sistema capitalista está podrido desde la base porque es mentira que todos puedan vivir con unas condiciones mínimas dignas....
Pues ya pueden buscar una solución porque cuando mucha gente no tenga para comer ni para una vivienda digna acabará mirando a los que acumulan demasiada riqueza y no con buenos ojos, precisamente....
Es curioseta porque ciertos personajes solo ven una parte del discurso y quieren flexibilizar el mercado pero a la vez bajar impuestos y desmantelar el estado del bienestar... Genios
No recuerdo si era exactamente asi la cita. Mas o menos. Por cierto, Gangs Of New York.
Saludos
Ya te digo yo la solución, nacionalización de las eléctricas, límite de precios y beneficios, y a tomar por culo.
Qué manía tienen algunos economistas por pintar estas chapuzas como algo "inevitable", como "designios del destino que hay que aceptar". Los cojones.
Alguien tiene que acabar pagando los costes reales de lo que cuesta la energía, que está disparada. Si, por ejemplo, suministrar energía cuesta cien euros y el gobierno dice que las empresas no pueden cobrar más de 80 euros por ella, ¿quién pone la diferencia? Alguien tiene que pagarlo.
La diferencia se puede asumir entre todos una vez las empresas energéticas hayan sido nacionalizadas y su beneficio reducido al pago de nóminas (con las correspondientes limitaciones de los parásitos ejecutivos) y buen funcionamiento material.
Tenemos que saber respetarnos los unos a los otros nuestras distintas ideologías, gustos, preferencias, principios éticos y criterios progenitores, porque eso es lo que significa vivir en una sociedad civilizada, la asunción de la diversidad ideológica.