En las cuevas de Stekfontein en Sudádrica, unos científicos han encontrado coprolitos (heces fosilizadas como las de la foto) de hiena en los que había embebidos ciertas hebras extrañas cubiertas de unas bandas de escamas que solo se ven en los cabellos de primates. Hasta el momento el resto capilar más antiguo conservado hasta la fecha era el de una momia chilena de 9.000 años de antiguedad. La noticia, con todo lo interesante que ya es de por si, es todo un recordatorio de que no siempre hemos estado en la cima de la cadena alimenticia.
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