Era la última hora del último día de una excavación larga y frustrante, y Calliope Limneos-Papakosta estaba lista para irse a casa. Durante 14 años, la arqueóloga griega había registrado los jardines de Shallalat, un parque público en el corazón de Alejandría, Egipto, en busca de restos de Alejandro Magno, el antiguo conquistador convertido en faraón que puso su nombre a la ciudad. Ahora, le tocaba marcharse con las manos vacías.
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van a agujerear todo Egipto buscando a esos tres...
Lo irónico del asunto es que todos saben que la tumba perdida de Alejandro estaba en Alejandría. Pero no hay manera de encontrarla.
Ya, sí, claro.
Puede que incluso Cleopatra este enterrada allí, aunque personalmente lo dudo dada las circunstancias de su muerte y la inestabilidad política que había en el país, no creo que la enterrasen junto a sus antepasados al lado de alguien de la grandeza de Alejandro.
Por otro lado encontrar la tumba de Ptolomeo I Soter podría despejar muchas dudas si finalmente en un utópico caso se encontrara el cuerpo de Alejandro. Se podría determinar si realmente era el hermano bastardo de Alejandro e hijo de Filipo II o solamente primos.
Temazo.
"Sobre Alejandro se narra una anécdota, quizás apócrifa, que dice mucho sobre cómo ganaba su carisma entre las tropas: al parecer su ejército debía vadear un río que bajaba lo bastante crecido y con el agua lo suficientemente fría como para pensárselo dos veces antes de arriesgarse a cruzarlo. Sin vacilar, Alejandro se metió el primero en el río, así que sus generales no tuvieron más remedio que seguir su ejemplo y, tras ellos, todo el ejército. En medio de todas aquellas penalidades, luchando contra la corriente y el frío, Alejandro se volvió hacia sus generales y exclamó “¿Os dais cuenta? ¿Veis las cosas que tengo que hacer para que me tengáis respeto?”. "