La Policía Nacional detuvo el pasado sábado a un trabajador del hospital de Alcorcón al intentar matar a una anciana, de 82 años, ingresada en la unidad de trauma del centro sanitario.
El trabajador padece esquizofrenia y, al parecer , ya mató a dos personas hace 22 años de la misma forma.
En diciembre de 1997, acabó con la vida de Valeriana de la Fuente, de 82 años, cuando dormía en la habitación 4.601 del Hospital Clínico. El asesino fue detenido en ese momento. Dos días después mató a un recluso que dormía en la enfermería de la prisión de Carabanchel, donde ambos estaban presos.
El Insalud, dependiente del Ministerio de Sanidad, deberá pagar 20 millones de pesetas a los dos hijos de Valeriana de la Fuente por los errores en el servicio de seguridad del hospital Clínico que permitieron que el esquizofrénico Juan José F. G., de 27 años, entrara en el centro en la madrugada del 20 de diciembre de 1997 y estrangulara a la anciana, que tenía 82 años. El agresor mató dos días después a un recluso que dormía en la enfermería de la prisión de Carabanchel, donde aquél estaba preso.
En la causa penal abierta por ambos crímenes, iniciada en la Audiencia de Madrid el 19 de octubre de 1999, Juan José fue absuelto por eximente total por trastorno mental y el tribunal ordenó su ingreso en un centro psiquiátrico por un tiempo no superior a los 20 años.
El juicio contra Juan José Fernández González, acusado de asesinar a una anciana enferma en el hospital Clínico y a un preso, un día después, en la enfermería de la cárcel de Carabanchel, prosiguió ayer con la declaración de los funcionarios de la prisión. Uno de los trabajadores encargados de la vigilancia de la enfermería reconoció ante el jurado que "no había medios técnicos y humanos" para vigilar a los ingresados en ese departamento. La muerte de la anciana, Valeriana de la Fuente, de 82 años, ocurrió el 20 de diciembre de 1997. Cuando el acusado fue ingresado, por orden judicial, en la cárcel de Carabanchel mató a otro preso, Guillermo Merino, de 47 años, que también se encontraba en la enfermería del centro penitenciario. El funcionario explicó que a Juan José Fernández le fue aplicado un programa de prevención de suicidios, "que ordenaba que estuviera acompañado por otros presos, para disuadirle de que intentara acabar con su vida". "Pero visualmente", prosiguió el testigo, "era imposible controlar sus movimientos, porque no había cámaras. No se podía saber si estaba o no acompañado, porque no hay medios técnicos ni humanos. Había 40 internos en enfermería y se hizo todo lo que se pudo para controlarlos, es un departamento muy duro". También recordó que nadie informó a los funcionarios de que Juan José podría suponer un peligro para el resto de los internos, a pesar de que la familia del joven así lo advirtió en los juzgados de plaza de Castilla y pidió su internamiento en un centro especial.
El funcionario explicó que los movimientos del procesado por el doble asesinato no estaban limitados en el interior de la enfermería, donde todas las puertas se encontraban abiertas para facilitar las atenciones urgentes a los pacientes. Agregó que el acusado había agredido a otro preso antes de causar la muerte de Guillermo. También relató que Juan José envió sus ropas manchadas con la sangre de este último a lavandería y se cambió. Según varios psiquiatras que le examinaron, Juan José padece esquizofrenia paranoide desde hace siete años y fue provocada por un desengaño amoroso.
Desde que sucedieron los dos crímenes, el acusado ha permanecido internado en el hospital Psiquiátrico Penitenciario de Font Calent, de Alicante. El fiscal pide que cumpla una condena de 8 años por cada uno de los asesinatos o, alternativamente, hasta 30 años de internamiento psiquiátrico. Reclama, además, una indemnización de 15 millones.
El problema de la salud mental es que hay muy pocos recursos (no hay hospitales de día apenas, no hay personal de seguimiento domiciliario, no hay comunidades terapéuticas, no hay centros de internamiento especializados) y es complicado obligar a alguien a medicarse más allá de situaciones excepcionales (ingresos marcados por juez-normalmente en situaciones muy extremas, ingresos en psiquiátricos penitenciarios o cuando hay una incapacitación).
Así que en los pocos casos en los que un enfermo mental comete un delito violento, un vez cumplida la pena, no se sigue la evolución ni la toma de medicación salvo en casos contados marcados por justicia (y también durante un periodo de tiempo limitado)
El sistema funciona cuando hay dinero y fondos para que funcione.
Este tipo de enfermos requiere de una medicación y vigilancia constante, pero claro eso es mucho dinero que puede invertirse en otros sitios mejores como el chalet de Espinosa de los Monteros o proyectos más ambiciosos como las cuentas corrientes de Florentino o Amancio.
Así que si, yo creo que lo mejor es lo que comentan por arriba, que lo maten.
¿Asesina a tres personas y trabaja libre en un hospital público? No me puedo creer que no le inhabilitaran para trabajar en hospitales. Es increible que alguien así esté libre sin más.
#20 Hombre, hay ciertas profesiones donde gente con ciertos problemas no deberían trabajar. ¿Pondrías a un esquizofrénico a cuidar de tus hijos? Por muy tratado que esté.
Y de verdad que me parece una putada, que debe ser una enfermedad tremenda.
#24La violencia no es un síntoma de la Esquizofrenia y no es común entre las personas que sufren de este trastorno, por el contrario, las personas con Esquizofrenia tienen más posibilidad de ser víctimas de violencia ellas mismas; sin embargo, si ocurre un episodio de violencia o agresión generalmente es debido a que la persona esquizofrénica se siente acorralada, o no alcanza a comprender las intenciones de la otra persona; las alucinaciones, delirios, las preocupaciones o pensamientos revueltos son los que por lo general causan los miedos y confusiones que culminan en violencia (9, 10). psiquiatria.com/psicosis/la-violencia-en-la-familia-del-esquizofrenico
El problema con este hombre es que tenía antecedentes de violencia sobre pacientes de hospital y enfermería. Hay mucha gente sin esquizofrenia que debería ser apartada de estas profesiones y mucha gente con esquizofrenia injustamente apartada de tareas para las que son buenos.
En diciembre de 1997, acabó con la vida de Valeriana de la Fuente, de 82 años, cuando dormía en la habitación 4.601 del Hospital Clínico. El asesino fue detenido en ese momento. Dos días después mató a un recluso que dormía en la enfermería de la prisión de Carabanchel, donde ambos estaban presos.
En la causa penal abierta por ambos crímenes, iniciada en la Audiencia de Madrid el 19 de octubre de 1999, Juan José fue absuelto por eximente total por trastorno mental y el tribunal ordenó su ingreso en un centro psiquiátrico por un tiempo no superior a los 20 años.
El funcionario explicó que los movimientos del procesado por el doble asesinato no estaban limitados en el interior de la enfermería, donde todas las puertas se encontraban abiertas para facilitar las atenciones urgentes a los pacientes. Agregó que el acusado había agredido a otro preso antes de causar la muerte de Guillermo. También relató que Juan José envió sus ropas manchadas con la sangre de este último a lavandería y se cambió. Según varios psiquiatras que le examinaron, Juan José padece esquizofrenia paranoide desde hace siete años y fue provocada por un desengaño amoroso.
Desde que sucedieron los dos crímenes, el acusado ha permanecido internado en el hospital Psiquiátrico Penitenciario de Font Calent, de Alicante. El fiscal pide que cumpla una condena de 8 años por cada uno de los asesinatos o, alternativamente, hasta 30 años de internamiento psiquiátrico. Reclama, además, una indemnización de 15 millones.
Qué mal los cae la prensa "seria".
Así que en los pocos casos en los que un enfermo mental comete un delito violento, un vez cumplida la pena, no se sigue la evolución ni la toma de medicación salvo en casos contados marcados por justicia (y también durante un periodo de tiempo limitado)
Este tipo de enfermos requiere de una medicación y vigilancia constante, pero claro eso es mucho dinero que puede invertirse en otros sitios mejores como el chalet de Espinosa de los Monteros o proyectos más ambiciosos como las cuentas corrientes de Florentino o Amancio.
Así que si, yo creo que lo mejor es lo que comentan por arriba, que lo maten.
Y de verdad que me parece una putada, que debe ser una enfermedad tremenda.
psiquiatria.com/psicosis/la-violencia-en-la-familia-del-esquizofrenico
El problema con este hombre es que tenía antecedentes de violencia sobre pacientes de hospital y enfermería. Hay mucha gente sin esquizofrenia que debería ser apartada de estas profesiones y mucha gente con esquizofrenia injustamente apartada de tareas para las que son buenos.
Si es que os ponéis to brutos...