El diésel fue, hasta hace pocos años, el amo y señor de las ventas de vehículos nuevos, pero desde el escándalo por la manipulación de las emisiones en el conocido como dieselgate en 2015, su popularidad ha caído en picado. En lo que va de año, los coches propulsados por este tipo de combustible apenas supusieron el 13% de las matriculaciones de vehículos nuevos.
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Más bien la subida del diésel y las normativas de etiquetas a esos motores y restricciones.
Si ya soltamos eso en los primeros parrafos compara creer algo del resto del artículo.
En los EEUU estaban incluso investigando si se pueden adaptar los motores diesel para funcionar con gasolina.
En mi teoría de la conspiración, lo de fastidiar el diésel es para reservarlo para camiones al haberse incrementado el consumo de combustibles fósiles a nivel mundial.
Ahora el único futuro de vehículos terrestres es el eléctrico puro de baterías.
Comprarse un coche de combustión nuevo hoy en día es un error.
Pero obviamente la segunda mano vende lo que existe. No vas a achatarrar un vehículo seminuevo.
Es que si no se lee la frase entera no hay metonimia.
El problema es que los nuevos Diesel para cumplir con las emisiones están cargados de tecnologías muy problemáticas y que dan muchos problemas y averías. Filtro de partículas, ad blue, altas cargas de refrigerantes para los numerosos filtros que llevan, etc... y que si además no haces muchos kilómetros todavía dan mas problemas.