La mayoría de los historiadores señalan que, al hablar de la Navidad, lo honrado sería admitir que Jesús no nació en Belén sino en Nazaret, que todo fue un empeño de Lucas y Mateo para coincidir con la profecía de Miqueas. Y que lo correcto sería admitir que hemos perpetuado un error cometido en el siglo VI por un monje escita encargado de elaborar el nuevo calendario. Por entonces, el Papa Juan I encomendó al matemático Dionisio el Exiguo (miembro de la Curia romana) que calculara el nacimiento de Jesús.
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No puedo coincidir con esta afirmación de Porlán. Los romanos no anotaban los detalles de cada proceso judicial, de hecho no conocemos muchos procesos, y los que conocemos son de la propia Urbs, no de las provincias. Y los conocemos por menciones de historiadores o por los escritos de Cicerón o Séneca el Retórico, que ejercían la abogacía.
Recordemos que el caso de Jesús el Nazareno no ocurre en Roma, sino en una de las provincias más alejadas en régimen semiclientelar. Que además fue una cosa de importancia menor, un alborotador mesiánico que armó una trifulca en el Templo durante la Pascua. O sea, tenemos un delincuente contra el orden público en una provincia alejada, y donde tal vez tenía 100 seguidores.
- Fedro (15 a.C -60 d.C)
- Séneca (4 a.C - 65 d.C)
- Plinio el Viejo (23-79)
- Petronio (27-66)
Son gente que estaba en Roma, y que probablemente no tuviesen la menor noticia sobre un alborotador en una provincia oriental. Cuando Jesús empieza a aparecer en las referencias históricas es porque la secta de sus seguidores ha crecido de manera sustancial, cosa que ocurre después de su muerte. Sobre el año 50 ya había una comunidad cristiana en Roma, como refiere Suetonio.
Si consideramos a Judas de Gamala como padre de Jesús, que no es descartable, tampoco sería hijo de alguien de noble cuna. Por cierto, aquí veo objeciones a lo tardías de las menciones textuales historiográficas sobre Jesús, pero sobre Judas de Gamala no veo ninguna, cuando es un personaje que sólo aparece en Flavio Josefo, en un texto que es 90 años posterior a la muerte de Judas. Josefo tampoco recoge la ejecución de este Judas, dicho sea de paso, aunque probablemente lo crucificaran