Humor - Anécdota Histórica... Estaba Gregorio Marañón entre sus múltiples labores como médico, científico, historiador, cuando llegó a su consulta cierto sacerdote madrileño con un extraño mal... la sífilis... "Padre, usted ha estado metiendo el churro como un campeón, no me venga con cuentos que uno es un profesional".
|
etiquetas: gregorio marañon , sacerdote , sifilis , anecdotas de la historia
"Yo he recibido en mi despacho confesiones inesperadas de gentes que jamás despertaron la menor sospecha de su instinto torcido ni aun en sus más íntimos allegados (...) No hay que decir que, en estas cuestiones, la fe y la disciplina religiosa suelen ser la razón suprema de que la conducta se haya mantenido limpia y el alma en paz. En ésta, como en todas las tempestades del espíritu, la ayuda de Dios es, claro, lo esencial. Y si ya de paso un colega médico borra las pruebas, cuánto mejor"
Gregorio Marañón era un reconocido católico, que quede claro.
Eso me pasa por menear antes de leer la entrada completa...
Hay mundo fuera de la red.
¡Nooooo! Eso no puede ser verdad ¡Hereje!
Porque si fuera verdad... ¿que he hecho yo todos estos años absorbido por internet?
¡El mundo real es el demonio!
Por el programador, internauta y el espíritu del geek. Ramén.
Siempre he dicho que si permitieran a los curas casarse, éstas cositas se evitarían. Me han dicho muchas veces que un cura no podría casarse porque el ejercicio de sus funciones como hombre, marido y padre le distraerían de sus quehaceres parroquiales, pero sinceramente... tampoco me parece que un cura sin vestir sotana gastando cinco mil pesetas en un club de carretera, se esté ocupando mucho de su parroquia, ¿verdad?
Si uno va a respetar el voto de castidad (que haberlos, haylos... y su buen trabajo les cuesta, pero como me dijo uno "si te has sabido sujetar a los quince, no tiene ningún misterio sujetarse a los cuarenta"), me parece perfecto y estupendo. Pero si uno no va a saber respetarlo, porque todos somos humanos y tenemos apetitos... creo que debería poder casarse, no andar masturbándose y luego flagelándose, o colaborando con la esclavitud humana de la prostitución, o solicitando a sus fieles favores sexuales a cambio de absoluciones, o recurriendo a prácticas verdaderamente abominables, tristemente famosas en los últimos tiempos. Creo que todos sabemos a qué me refiero.
No lo he contrastado ni na, pero seguro que es verdad.
Ambos se demostraron eficaces: si el tratamiento no te mataba, te curabas. Ahora bien, lo que quedaba de uno no servía de mucho, me temo.
En la práctica, el celibato era bastante escaso sobre todo en los pueblos. Durante siglos ningún alcalde hubiera admitido a un párroco joven que no llegara acompañado de su barragana, aunque eufemísticamente fuera "ama", "prima", "sobrina" o "hermana".
ole tus huevos!!!
www.youtube.com/watch?v=H7GtE0BZXJA