Es tradición que la plantilla acuda todos los años a realizar ofrendas al santo y a besar un trozo de su cadáver. En ésta ocasión pidieron "Que los árbitros sean justos y equilibrados, tengan buena vista en sus difíciles deciisones". Masoud Shojaei, sentado en uno de los bancos del castillo entre Iñaki Ibáñez y Javad Nekounam le preguntó al delegado qué era lo que iban a hacer sus compañeros, mientras Gogorza explicaba que una reliquia era un "huesecito dentro de un relicario". Los iraníes se quedaron en su sitio, lógicamente.
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