Decorados baratos no, lo siguiente, incluso para la época (los de cualquier telenovela de entonces le daba cualquier vuelta), gags recurrentes y chistes muy repetitivos, adultos haciendo de niños, episodios regrabados… y por alguna razón ahí estaba yo tragándome todos y cada una de las desventuras de ‘El Chavo del 8‘.
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A mí me encantaba, qué queréis que os diga... yo sé que siempre eran los mismos gags, las mismas frases, el mismo humor basado en la repetición y los porrazos... pero lo adoraba, y me hacía reír, pero reír a carcajadas. En casa nos gustaba a todos, y recuerdo verlo por las tardes, cuando volvía de Inglés o Mecanografía a todo correr (gracias que me pillaba cuesta abajo) para no perdérmelo, y verlo con mi hermana, mi padre que se acababa de despertar de la siesta, y mi madre que ponía café, planchaba o hacía punto, y los cuatro riéndonos con los mismos golpes... "¡Vámonos, tesoro! ¡No te juntes con ésta chusma! -Sí, mami. ¡Chusma, chusma, prrrtz!"; "No te doy otra no más porque..."; "¡Es que es usted todo barriga, sr. Corazón!"; "¡Tenía que ser el Chavo del ocho...!"; "Chavo, lo que tienes de bruto, lo tienes de bruto"... es acordarme, y me río sola..