La emigración de los robots

Yo creo que a estas alturas todos estamos de acuerdo en que la automatización de procesos no se puede detener. En menos años de los que nos creemos desaparecerán millones de puestos de trabajo ante la creciente robotización de la economía y de ahí que algunas tesis sociales, como la Renta Básica Universal, hayan ido cobrando fuerza.

La idea es simple: si la gente no puede trabajar, porque de ninguna manera habrá trabajos para todos, hay que ofrecerle unos ingresos mínimos que procederán de las ganancias de quienes mantengan la actividad, o de quienes hayan sustituido por robots a las personas.

A primera vista, suena bien, pero nos encontramos ante varias cuestiones importantes: ¿es sensato grabar la tecnología con impuestos? ¿Cómo se haría y cual sería el alcance de estos impuestos? ¿Tiene que pagar un impuesto especial el conductor autónomo que sustituye al camionero, pero no el tractor que sustituye al agricultor?

El asunto es aún más grave si lo planteamos en un mundo abierto. ¿Por qué razón va a poner nadie una empresa en un lugar donde se les cobren impuestos a sus máquinas y autómatas? Si a día de hoy es muy fácil llevarse a otro lado una factoría, imaginaos cómo será de sencillo cuando ni siquiera importe la preparación, el idioma o la legislación de los trabajadores.

Los que esperen que nuestra renta básica la paguen los robots, ya se pueden ir olvidando. Los recursos necesarios para esa renta básica tendrán que salir de otro sitio, porque nunca los obtendremos de las empresas productoras, ni de quienes acumulan riqueza vendiendo a nivel mundial.

Nos gustaría que el mundo fuese de otro modo, pero a día de hoy sabemos que Appple, Google y Amazon no pagan impuestos y les seguimos comprando masivamente. ¿Qué impedirá a las empresas automatizadas establecer sus factorías en paraísos fiscales donde sólo se les cobre un 2%?

Va a ser difícil en el futuro contener la emigración de las personas, pero creedme, nadie detendrá la otra, la que acabará con nuestras esperanzas de un futuro más amable: la emigración de los robots.