Hay lugares en los que, por su propia naturaleza, me encuentro cómodo, como podrían ser los bares, en especial los que tienen serrín y cabezas de gambas por el suelo, indicativo claro de calidad para lo que yo llamo cariñosamente "bares de viejos", también en una sala de cine o incluso dando un simple paseo por la ciudad. En cambio, hay otros en los que no lo estoy tanto, como en la sala de espera del dentista, un restaurante con bebés cerca y, en especial, en los gimnasios.
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Sin Más
Y no, nadie te impide ir a la sala de "peso libre", al contrario, la gente incluso te ayuda si no sabes, si, esos "cachitas" resulta que no tienen problema en ayudar al tirillas que no tiene ni puta idea.
Las veces que he ido, nadie me ha hecho sentir que no pertenezco, por no hablar del reducirlo a una cosa de hombres, como si no hubieran mujeres en los mismos igual de fibradas/con las mismas ganas.
En parte es como dice, pero exagerado.
Peores son los que hablan sin parar ocupando una máquina
Pero salvando las camisetas abiertas y fardonas, nunca he notado ninguna mirada por encima del hombro ni nada de lo que comenta. De hecho, los mios, la mayor parte de la gente es maja y a la mínima te ayuda y aconseja o está simplemente a lo suyo.
A lo mejor el autor ha tenido mala suerte o se ha limitado a bucear entre todos los tópicos y arquetipos que poblaban los gimnasios en el pasado y ha hecho un artículo.
Saludos
P.D. Voy al gimnasio, por si acaso...
Yo empecé a ir al gimnasio en el 2020. Cuando terminó la primera cuarentena. En aquel entonces andaba por la calle por una cuesta y me cansaba. Fueron meses de bicicleta cutre todos los días, incluyendo sábado y domingo. E iba como una vieja en la bici. ¿Y qué? Luego a clases de baja instensidad, me ponía atrás, donde aguantaba 5min y los 40 restantes moría. Y poco a poco fui progresando.
Llegué con un sobrepeso evidente. Ahora tengo la mitad del sobrepeso evidente y estoy en forma. No hablo con nadie. Ni tengo expectativas. ¿Para qué? No voy a un club social. Voy a ponerme en forma y a hacer salud.
Me parece que el problema de este chico es que hace un artículo sobre los demás. Y el gimnasio, si quieres hacerlo de verdad requiere pensar en uno mismo, no en los demás. Hasta que no cambie de actitud no servirá de nada.
A mi el gimnasio no me gusta. Pero menos no estar en forma y no sentirme saludable. En un lado tenemos estar cansado o no y en el otro estar mal. A los 20, a los 30 e incluso a los 40 no pasa nada, pero cuando te acercas a los 50 se nota y se nota mucho.
Por cierto, ha ido al gimnasio y nos hace un artículo de los demás. No nos ha hablado de él.
Yo soy de los adictos a la hipertrofia que describe pero lo que nunca entendí es por qué la gente se ha tragado que lo del hierro es algún tipo de alivio existencial al vacío existencial del mundo moderno o de la masculinidad.
Ni una mención a las mujeres, como si no existieran, prejuicios a doquier, etc... Si fuera otro colectivo no habrían un par de comments en desacuerdo, tal vez te habrían metido un strike
En resumen, que no soporto a los que van repartiendo carnets y etiquetando a las personas
#17 Yo soy blandito y como una cabra en un garaje en el gym si no voy con mi pareja y ella me dice que hacer y como. Suscribo lo dicho, los "cachitas" cuando ha hecho falta me han ayudado, con consejos sobre la posición o haciendo de spotter si estaba solo, pero son "tios de gym", para estos hay carta blanca, tienen cero puntos de opresión