El paciente se llama Graham, tiene 48 años y un buen día de 2004 se levantó de la cama con la convicción de que había fallecido. Unos meses antes había intentado suicidarse por electrocución, metiendo un cable de la luz en la bañera, y el episodio le provocó una depresión que desembocó en lo que se conoce como síndrome de Cotard.
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-"..."
Llego todo a tal extremo que tuve que preguntarla a un amigo si me estaba viendo... ante su afirmación me miré las manos y la camiseta y me acordé de cuando me había puesto la camiseta y lo que hice después... aterricé unos momentos pero al cabo de poco volví a irme.
Ha sido una de las experiencias más bestias que he tenido.
Ya puede usted venir. D... y F... coinciden en que no pasaré de mañana a medianoche, y me parece que han calculado el tiempo con mucha exactitud.
Valdemar
(lo que tomaste)
Pues sí, las cosas se pueden poner pero que muy extrañas.
Debe ser uno de los primeros casos en los que el suicidio lleva a la depresión y no al contrario...
Hay un enlace dentro por si quieres seguir leyendo:
www.newscientist.com/article/dn23583-mindscapes-first-interview-with-a