En agosto de 1944 todo estaba listo para que los nazis, según órdenes de Hitler, redujesen a escombros los monumentos más importantes de París en caso de que la capital francesa estuviese a punto de ser liberada por las tropas aliadas. Entre los objetivos a demoler se incluía la Torre Eiffel y la recientemente incendiada catedral de Notre Dame. Sin embargo, un puñado de aguerridos republicanos españoles entraron en la Ciudad de la Luz y le chafaron el plan al mismísimo Führer.
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Frase épica. Antonio Gutiérrez ante el general Dietrich von Choltitz. "Soy español y estos también".
Ciertamente Hitler pidio quemar París como respuesta a su debacle pero por mucha peli que se monte el articulo, el general que estaba al mando jamas cumplio esa orden y pudo hacerlo aunque fuera parcialmente. Y no lo hizo porque en su ultima cita con Hitler vio un loco que ya no sabia a donde iba y con la guerra perdida el general aleman debia pensar en su futuro. De hecho este no fue ni juzgado.
Asi que el titulo es una flipada para sacarse visitas y como digo hay articulos mucho mejores sobre la Nueve y las grandes cosas que sí hizo.
Un ayudante del Führer, en el cuartel general situado en Rastenburg, llamó a Dietrich Von Choltitz, comandante del Gran París. Un secretario del cuartel general alemán, establecido en el Hôtel Meurice, le respondió que Choltitz se hallaba con el general Philippe Leclerc.
–Pero, ¿arde París? –preguntaron desde Rastenburg.
–¿Cómo?
–¿Arde París? –reiteró impacientemente el ayudante.
–No. Escuche:
El secretario volvió el auricular hacia la ventana abierta y en Rastenburg pudieron escuchar confusamente las notas de La Marsellesa y el alborotado repique de las campanas de París.
Sea o no auténtica la anécdota, los generales Von Choltitz y Speidel, jefe del Estado Mayor del Grupo de ejércitos B, salvaron la capital francesa de la destrucción ordenada por Hitler: “Los puentes del Sena deben ser preparados para su destrucción. París no debe caer en manos del enemigo, a no ser como un montón de ruinas”. Hitler no daba órdenes en vano y dispuso que varias rampas de bombas volantes apuntaran contra París y que se preparara y se dotase de munición al gigantesco mortero Karl, que lanzaba proyectiles de 2.200 kilos. Pero ni las bombas volantes, ni las granadas del Karl destruyeron París, porque Choltitz y Speidel, aunque temieran por sus vidas y por las de sus familiares, no cursaron esas órdenes.
www.elmundo.es/ladh/numero70/enportada.html.
Soy José A. Márquez Periano, historiador militar y autor de "Caballeros de la Cruz de Hierro", "Diamantes de la Cruz de Hierro", "Caballeros de la Cruz de Hierro en Guerra", "Extranjeros de la Cruz de Hierro", "Defensores de la Madre Patria", "El búnker de Hitler", "Caballeros de la Medalla del Honor", "Caballeros de la Pour le Mérite", "Heroes blindados de la 2ª Guerra Mundial", "Ases Panzer de la 2ª Guerra Mundial", "Águilas de Luftwaffe", "Lobos de la Kriegsmarine", "Espadas de las Waffen-SS"... y otra decena más de libros.
Lamento comunicar que este artículo es completamente falso. En el momento en el que los republicanos entraban en París las fuerzas alemanas ya tenían orden de rendir la ciudad y no disparar. Los republicanos sí que fueron los primeros en entrar en la ciudad, y el responsable de la ciudad sí que fue detenido en primera instancia por un soldado español... esos son hechos históricos.
También es sabido que Dietrich von Choltitz colgó el teléfono a Hitler y ordenó que los edificios fueran salvados, siendo él responsable directo de la salvación de todos los edificios parisienses. Hay que decir que el general alemán cambió de parecer gracias a las acciones de un diplomático sueco llamado Raoul Nordling. Que fácil es quitar mérito a los muertos cuando estos no pueden hablar... ¿verdad? Un saludo.
Y no hace falta contar que se han escrito tropecientos libros.