Alrededor de las 21:30h llegaron dos parejas y se sentaron en una mesa redonda preparada para seis cubiertos. Nada más sentarse, una de las mujeres se levantó de la silla y cerró la ventana que tenía tras ella a su derecha. Estaba a unos 4 m de donde estaba yo sentado, también con una ventana detrás.
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Por lo demás, tú mismo.
Mira, yo no soy precisamente el más empático ni el mejor psicólogo (de hecho aborrezco la psicología, para mí es aún una pseudociencia) así que ni tú me lo has pedido ni yo soy quién para darte consejos. Ahora, te sugiero un cambio de punto de vista al respecto. Sentirse mal con uno mismo es algo que se puede entender puntualmente y por muy distintas razones, pero sé práctico, eso no lleva a ningún sitio o al menos a ninguno bueno. Ya, ya sé que "eso es muy fácil decirlo". Pero oye, sé práctico, pragmático. Eso no es tan complicado hacerlo.
Por eso los gritos, los insultos y demás forma de hacerse grandes, porque quieren amedrentar antes de llegar a las manos. En cambio, el que mantiene la calma, no grita, no se altera y no la busca es porque sabe lo que hay y lo que puede hacer, y por eso transmite sensación de peligro.
Siempre pienso en el chihuahua y el dogo; uno hace más ruido, el otro ladra una vez porque sabe que no necesita más.
Supongo que simplificar el mundo es la única manera que tienen algunas personas de entenderlo.
Y no, no me gusta generalizar, pero desgraciadamente he tratado con gente que sí se cree superior por tener dinero o proceder de cierto ámbito social. Siento decirte que, en cualquier caso, parte de una carencia de educación. No han sido una ni dos las veces que he visto tratar con superioridad a gente de mi entorno por "gente del otro lado" (si quieres llamarlo así), y por encima de todo siempre debe haber respeto: yo creo firmemente en la igualdad. Al igual que te digo esto, he trabajado de cerca con políticos de, cómo decirlo, ambos puertos. He conocido personas maravillosas que se alejan de mi espectro de voto, y otras impresentables que podrían representarme, y viceversa. Pero eso no significa que atribuya de manera preconcebida un determinado comportamiento. Lo de la señora ha sido pura estadística personal.
No hace falta que te apenes. Para mí simplemente fue un mal rato en una tienda. Para la señora, ni idea ni me interesa. Para la hija, que vio todo el percal, personalmente espero que no sean los valores o la forma de comportarse que le inculquen.
En el gym a mí también me han tenido que "alcanzar" la barra de las poleas, y cosas así. Yo me lo tomo con gracia, jamás rascaré el techo en ciertas estaciones de Metro en Madrid. Y si tropiezo, antes beso suelo y menor es el impacto...
Así que de tanta tragadera viendo que la gente pasa de un problema común, cuando me pasó lo de la tienda, ya tuve que soltarle a la señora lo de la distancia.
No sé cómo no nos extinguimos masivamente, la verdad. La gente es incapaz de vivir en sociedad.