¿De dónde nos ha venido ese furor por jugar al golf, que ahora construimos los campos de tres en tres? Este país nunca ha tenido tradición golfista, aunque sí golfante, (basta leer a Quevedo) y siempre hay gente hábil dispuesta a hacer negocio con la tontuna del nuevo rico. ¿Se han molestado en averiguar el coste medioambiental que tiene un campo de golf y las necesidades de agua que supone su conservación en un país en el que están sonando todas las alarmas por la sequía? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Se han vuelto locos nuestros gobernantes?
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etiquetas: campos de golf , medio ambiente , opinión
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- En terreno rustico no se pueden levantar urbanizaciones.
- Sin embargo, un campo de golf si se puede levantar en una zona rustica
- La ley dice que alrededor de un campo de golf se pueden construir infraestructuras para dicho campo (hoteles, residencias, etc...)
- Una vez hecho el campo, se hacen las urbanizaciones, saltandose a la torera que sea rustico o no.
Total, que es una manera de construir mas sin tener que recalificar.
O eso, o hacer un coto privado de caza, que también tiene su inversión y ademas no es popular. ¿Que hacen los dueños de los montes?... pagar impuestos por toda la eternidad por tener el privilegio de tener una montañita?
Al igual que la afición al esquí, por ejemplo. Pero ¿a que sería una burrada querer poner una pista de esquí en medio del desierto de Almería?
(no pretendo dar ideas...)
#11 yo creo que te estás equivocando adoptando esa actitud porque aquí no se insulta a los golfistas sino a los que se forran a base de dar pelotazos, ésta vez la excusa es el golf pero mañana habrá otra. En el comentario #4 ya se han ofrecido las respuestas a las preguntas que se plantean; no se trata de ir en contra del golf, pero no sé qué sentido puede tener (aparte del obvio) el nuevo campo de golf de Valdepeñas, muy cerca de lo que en su día fueron las Tablas de Daimiel (todavía Parque Nacional) y que hoy es un secarral donde no quieren vivir ni las arañas.
Comando de Autodefensa Animal.
Yo también quiero agua para todos. Pero para todos de verdad: para regantes, para consumo humano, y también para otras comunidades que intentan manejarse en mayor o menpor medida con sus propios recursos. ¡Ah! Y que a nadie se le ocurra quejarse del derroche de agua en campos de golf que hay aquí, que entonces te tachan de insolidario como poco.