Estamos caminando por la ciudad, encontramos una situación curiosa, capturamos el momento y, cuando nos damos cuenta, una persona está frente a nosotros pidiendo que eliminemos esa toma. Entramos en un debate entre nuestra libertad como fotógrafos de capturar imágenes de personas en espacios públicos contra el derecho de privacidad de una persona. ¿Qué debemos hacer?
|
etiquetas: fotografía , legalidad , ética , derechos , espacio público
Son cien pavetes de ná por borrarla, amigo.
Pues no, oiga. Si me tachan de depravado es cuando no borro las fotos ni de coña. Por mis cojones, ya te digo.
Si te has leído el artículo, verás que la situación se puede manejar de varias maneras…
Otra cosa es que la imagen tomada implique una noticia, un hecho denunciable, etc., en ese caso el derecho a la información prevalece, pero creo que el artículo se refiere a fotos casuales.
Algunos te miran con cara de perro, te disculpas y ya está. Otros hacen poses y a la mayoría les da igual.
Nunca se me ha acercado nadie para borrar una foto, pero si para que se la mande.
Es decir, por ejemplo, fotografías a una persona porque la luz incide sobre ella de manera que de ahí sale una foto muy buena, pero ella se da cuenta y te pide que la borres.
Ya no es sólo la publicación, si no el mero hecho de tomar la foto.
Y todo esto ante la explosión de los selfies, Instagram, etc.
Parecemos una sociedad esquizofrénica.
La foto al suelo (me llamaron la atención unos zapatos), solo fue una excusa por su parte para fastidiarme.
Para nada fue un tema normal. Más bien una vendetta corsa, donde en vez de ir a por su objetivo, atacan a su familia lejana o conocidos.
El tema es que si con la privacidad se nos va de las manos, tendremos muchos más casos así.
Pd. Desde entonces, hasta media hora espero para no sacar a ningún Homo sapiens del que no tenga 2 grado de consanguineidad en mis fotos.